C.A. CRISTIANOS ANONIMOS

  A veces las personas creen que por recitar este tipo de textos, "mágicamente" van a convertirse en personas "esforzadas y valientes", pero no es así. El contexto de ese verso del Antiguo Testamento, es cuando Dios comisionó a Josué para tomar la tierra de Canaán, y le dijo en tres ocasiones que debería "esforzarse y ser valiente", pues esa tarea significaba una vida de batallas y guerras contra los pueblos que la habitaban y que posteriormente, él repartiría a las doce tribus de Israel. Por tanto, en ese escenario, Josué debía aprender a cultivar una actitud de fe, de esfuerzo y valentía, no sólo porque era una orden, sino porque Dios estaba con él, para darle la victoria.  De la misma manera, Dios nos dice a nosotros que debemos ser "esforzados y valientes", en un mundo de luchas que nos van agotando y donde vamos perdiendo toda fuerza para seguir adelante. ¿Qué debemos hacer en esas situaciones? ¿Pedirle a Dios que haga milagros cambiando las

  G.K. Chesterton, fue un agudo escritor cristiano, filósofo y periodista británico que vivió en los albores del siglo XX y entre sus frases más famosas, encontramos esta: "Las cosas muertas pueden ser arrastradas por la corriente, sólo algo vivo puede ir contra la corriente".  En los tiempos turbulentos que estamos viviendo, donde las corrientes ideológicas satánicas, disfrazadas de "progresismo lleno de buenas intenciones" amenazan con destruir los cimientos de la sociedad occidental basada en la familia bíblica creada por Dios, y de paso borrar a Dios de la humanidad, la iglesia cristiana está siendo probada. Increíblemente, no muchos se dan cuenta que cada día que pasa, va quedando más en evidencia el falso cristianismo religioso, lleno de extrañas enseñanzas, y por otro lado, está emergiendo silenciosamente un despertar espiritual en aquellos que teniendo la vida de Jesús en su interior, valientemente comienzan a enfilar contra la corriente, como "salmones

 Cuando queremos conocer nuestro peso, nos subimos a una balanza y nos dirá cuantos kilos estamos pesando. Nos mostrará si hemos subido o bajado de peso. Pero, ¿Cómo saber nuestro peso espiritual? ¿Cómo darnos cuenta si estamos madurando espiritualmente o no? Una simple manera, es subirse a la "pesa espiritual" de la honestidad, y observar objetivamente nuestra manera de hablar, que demuestra lo que hay en nuestro corazón (Luc.6:45). Si usted vive fijándose en los pecados que otros cometen y se deleita comentándolos, y justifica los suyos o culpa a otros, entonces es un simple religioso(a) sin madurez espiritual.  Sin embargo, si es capaz de ver sus pecados, y sentir dolor por el daño que causa a Dios y a sus semejantes cercanos, usted está en un verdadero proceso de transformación interior. Es decir, está desarrollando una sensibilidad espiritual, algo que no tiene un religioso (a), al estar cultivando diaria y verdaderamente una relación viva con Dios. Dice nuestro Señor Je

  Un hombre "muy cristiano", un día salió al patio de su casa, y se horrorizó al ver lo feo y mal cuidado que estaba su jardín. La maleza había crecido por doquier, el pasto se había convertido en una selva, casi no se apreciaban las flores y había basura por todos lados. Espantado por lo que veía, cayó de rodilla y oró fervientemente a Dios: "Señor, mi jardín está horrible, por tanto te pido que hagas un milagro, y que mañana a esta misma hora luzca hermoso, con el pasto cortado, sin maleza y completamente limpio de basura. Como tengo mucha fe, lo decreto, amén". ¿Le parece que Dios le responderá la oración a esa persona "tan espiritual"?¡Por supuesto que no! La responsabilidad del jardín era de ese hombre, y cómo él fue negligente, simplemente "cosechó la flojera, la desidia, y la irresponsabilidad que sembró". Algo similar nos pasa a veces con nuestra vida. No nos gusta, no estamos contentos con lo que vivimos y quisiéramos algo distinto...y n

  En el tiempo en que el salmista escribe "Porque tú, Dios, nos probaste; nos purificaste como se purifica la plata" (Sal.66:10) , él sabía que el orfebre para purificar la plata, la ponía al fuego. ¿Por qué hacía eso? Pues él conocía que la plata era uno de los metales más impuros, al estar  mezclada con otros minerales menos nobles. También sabía que sólo el fuego los separaba, debido a que todos los metales tienen un diferente punto de fusión. Por lo tanto, en un momento del proceso, la escoria y las impurezas salían a flote, y la plata se transformaba en un metal puro. De la misma manera, Dios como experto orfebre, usa el horno de la prueba para purificarnos. Y como todos somos diferentes o tenemos distintos "puntos de fusión", permite pruebas distintas a cada uno de nosotros, pero todas tienen la misma meta, que maduremos espiritualmente. Por eso el Señor nos dice: "No te ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios que no te dejara s

  Cuando estamos pasando pruebas, aflicciones y todo aquello que no nos agrada, inmediatamente adoptamos una actitud de rechazo, y si nos consideramos cristianos, lo primero que hacemos es pedirle a Dios que nos saque de la prueba, que haga un milagro, porque consideramos que un buen creyente "no debe sufrir" y que si estamos sometidos al dolor, es debido a un "ataque de Satanás", y Dios tiene que intervenir a nuestro favor. Yo no sé de donde hemos sacado todas esas enseñanzas, pues la Biblia dice lo contrario; Dios permite las pruebas para nuestra madurez espiritual. Por ejemplo, Santiago 1:2-4 dice: "Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que sean perfectos y cabales, sin que les falte cosa alguna". Claramente, Dios permite las pruebas para que prueben nuestra fe, y nos demos cuenta cual es nuestro verdadero calibre e

De todos es sabido, que en el libro de Génesis se nos relata toda la creación. Cuando Dios creó a los árboles, le habló a la tierra (Gen.1:1), cuando creó a los peces, le habló al mar (Gen.1:19), pero cuando creó al ser humano, se habló a sí mismo, diciendo; "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" (Gen.1:26). Y este detalle es importantísimo. Si arrancamos un árbol de la tierra, muere. Si sacamos a un pez del agua, también deja de existir. De la misma manera, si una persona vive desconectada de Dios, aparentemente está viva, pero en realidad está muerta por dentro, pues no tiene vida espiritual, al estar desligada de su fuente de verdadera vida.  Esta es la razón por la que vemos tanta gente que puede tener todo lo material que desea, pero vive en amargura de espíritu, lleno de miedos e infelicidad. Por ello es que a veces escuchamos de celebridades y gente millonaria que están tan secos por dentro, que se suicidan. Ojalá entendiéramos que fuimos creados por Dios y