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Mostrando entradas de noviembre, 2018

CRISTIANOS ANONIMOS

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Muchos me han preguntado, ¿qué es Cristianos Anónimos?. En palabras simples, es un Movimiento que nace ante una realidad vivida y observada. El nombre se debe a una conversación sostenida con un amigo cristiano tiempo atrás y que participa en un grupo de alcohólicos anónimos y de esa plática, varios conceptos llamaron mi atención; por ejemplo el que ellos se ven a sí mismos vulnerables y no temen aceptarlo ante sus iguales y además desde esa  humildad se ven así mismos necesitados de Dios y de sus hermanos, al mismo tiempo ellos se comprometen a vivir un día a la vez sin tocar alcohol, pero al mismo tiempo, cada uno de ellos es libre de asistir o no y nadie estará interrogándole el porque no asistió, pues la responsabilidad final es personal. Esa conversación, me llevó a pensar y a hacer una comparación con la vida cristiana. He observado, que muchas veces, por diversas circunstancias de la vida, nos vamos alejando de Dios interiormente, aunque exteriormente podemos seguir asist

DESPIERTA

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En este último tiempo he podido compartir con diversas personas de distintas latitudes y ha sido muy enriquecedor llegar a la conclusión que algo está ocurriendo en el plano espiritual y que tiene que ver con la experiencia común de "despertar" a una relación con Dios, mucho más profunda y transformadora. También nos hemos dado cuenta que el común denominador de este "despertar" que nos ha guiado a conocer al Dios de la Biblia, de una manera distinta, íntima y transformadora, es el dolor profundo en sus más diversas manifestaciones. Ese dolor puede tomar la forma de un accidente grave, pasando por enfermedades catastróficas o el fracaso matrimonial, muerte de un ser amado o canalladas de todo tipo.  Por cierto la vida es en general dolorosa, en este mundo caído y de hecho el Señor dijo "que en el mundo tendríamos aflicción" (Juan 16:33) , pero el dolor al que me refiero, es aquel que está relacionado a una experiencia traumática, única y desgarradora q

ES EN EL FRACASO DONDE APRENDEMOS, NO EN EL EXITO

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Sin duda el fracaso es una experiencia muy dolorosa, que todos en mayor o menor medida hemos experimentado. ¿Qué es un fracaso? Es una circunstancia a través de la cual experimentamos interiormente la derrota, al darnos cuenta que algo en lo que habíamos puesto nuestra esperanza, no salió como imaginamos y aparece el desencanto, la tristeza, el dolor. Luego que el fracaso nos golpea, aparece la aterradora pregunta, y ¿ahora que? Este es un punto de inflexión, en que podemos reaccionar de dos maneras: Una de las reacciones más típicas frente al fracaso es buscar algún culpable a quien endilgarle todo el dolor, amargura y decepción. Aparecen palabras como la venganza, el odio, el desprecio y la necesidad de buscar cada momento para hablar mal de esa persona, justificando que sólo está diciendo la verdad (su verdad), y sintiéndose acompañado(a) al ver que más personas se suman a su dolor de víctima. Pero mediante este camino no se aprende nada. Pero también hay otra reacción

¿COMO CAMBARÍA SU FORMA DE VIDA, SI LE DIJERAN QUE LE QUEDAN SEIS MESES DE VIDA?

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Resulta curioso que siendo la muerte la única cosa segura que tenemos en la vida, jamás pensamos que esta nos pueda alcanzar en este día, mañana o durante esta semana.  Vivimos de una manera tal, que la muerte no está considerada como parte real del calendario que vivimos, y por eso desperdiciamos mucha vida, perdiendo el tiempo en innumerables actividades que nos mantienen hipnotizados, haciéndonos creer que estamos viviendo bien por el mero hecho de estar ocupados durante el día. Tampoco nos damos cuenta del tiempo y la energía que desperdiciamos llenando nuestra mente de tanta basura a través de los medios y gastando una enorme cantidad de tiempo en las redes sociales , además de las preocupaciones, afanes, chismes,etc. que llegan a formar parte normal de la vida. Por otro lado, si nos consideramos cristianos, y asistimos con regularidad a algún templo, donde cantamos y nos emocionamos, quedamos con la peligrosa sensación que estamos viviendo bien para con Dios. El problema es que