LA IGLESIA DE HOY EN UN MUNDO CAMBIANTE (Primera Parte)

 



Por muchos años pensé que la iglesia cristiana que conocemos hoy, era la misma que fundó Jesús, pero me he dado cuenta que no es así. Desde que el Señor dijo "yo edificaré mi iglesia" (Mt.16:18) a lo que vemos hoy, la desviación es colosal. 

LA IGLESIA PRIMITIVA

La iglesia que vemos en el libro de los Hechos, era efectivamente un organismo edificado por el Señor, donde las personas eran transformadas por Su amor y por ello, no tenían temor de enfrentar, incluso a la muerte. El mejor ejemplo fueron los mismos apóstoles, quienes después de abandonar, negar y perder su fe en Jesús, luego de su resurrección fueron transformados en verdaderos leones de la fe o el mismo Pablo que de un blasfemo, y frío legalista fue cambiado al adalid de la Gracia y quien escribió ese verdadero himno al Amor de Dios de 1 Corintios 13 y llevó el evangelio a todo el mundo conocido.  

Y es que la iglesia primitiva, vivía totalmente enfocada en Jesús y no en ellos y eso es asombroso, considerando que no tenían un pastor, o un edificio donde congregarse - de acuerdo al concepto actual - tampoco tenían Biblia o ministerios de alabanza, jóvenes, niños, o todo lo que en la actualidad conocemos, pues eran guiadas genuinamente por el Espíritu Santo.

LA IGLESIA DE HOY

Hoy en cambio, la iglesia cristiana no es un organismo, sino una organización que enseña a las personas a ser cristianas, pero sin cambios interiores profundos, donde el objetivo principal es insertarlas en la maquinaria religiosa del hacer  y tristemente una vez que estas personas con el tiempo se agotan, se les desecha. 

Y esto que parece tan crudo, es debido a que el amor de Dios sólo existe como un concepto teológico, pero no se le conoce como el fruto espiritual que debiera vivirse a diario. Por ello es que el orgullo, el juicio, la murmuración y la división, son tan visibles como malignas metástasis que a nadie pareciera importarle mucho. De hecho, es muy fácil ver cómo se enjuicia severamente a una persona que fuma - que por cierto daña su salud - pero no se mide con la misma vara a quienes enjuician, murmuran o diseminan chismes y habladurías en contra de personas que no pueden defenderse, lo cual es mucho más dañino, pues enferma a toda la comunidad. Sin embargo, en esta cultura de la selfie, la iglesia se mira a sí misma - sin ninguna autocritica - y se encuentra regia.

En la iglesia de hoy, es muy posible que Moisés no tuviera cabida y sería juzgado duramente, pues asesinó a un egipcio. Lo mismo ocurriría con David, quien fue un adúltero y un asesino. El borracho Noé también estaría en la lista negra, lo mismo que el mentiroso y polígamo Abraham, y ni hablar del asesino y blasfemo Pablo...solo por nombrar algunos personajes bíblicos.

UNA NUEVA REFORMA

Por lo tanto, cabe preguntarse ¿Cuál es el rol de la iglesia en un mundo que está cambiando tan rápido?  

Es muy posible, que el Señor esté empujando a Su iglesia a una nueva Reforma, mucho más profunda que la primera, que implique que se vuelva a la esencia del amor como fruto espiritual y que se vive pegado a la Vid Verdadera como experiencia, y no como mero conocimiento teológico. Una iglesia de discípulos que no aprenden a ser "discípulos" en la teoría completando el libro 1,2,3,4 etc. y recibiendo un diploma al final, sino aquellos que practican la experiencia de crucificar su ego cada día y viven en obediencia por amor y no por temor. El Señor Jesús, fue muy claro cuando diseñó la manera de vivir de Su iglesia y como se reconocería a sus discípulos, él dijo: "En esto conocerán todos que son mis discípulos, si tuvieran amor los unos con los otros".(Juan 13:35)

Y frente a un mundo que cambia, la iglesia debe volver a ser un organismo edificado por Jesús, quien transforma a las personas por medio de Su amor, dejando de ser esa organización humana y jerarquizada que se conforma con cristianizar, haciendo prosélitos que hacen funcionar la maquinaria eclesiástica y convenciéndoles que eso agrada a Dios. Cuando en verdad,  Jesús dijo todo lo contrario: "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca les conocí; apártense de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:22-23) 

¿Estará Dios llevando a cabo una Nueva Reforma y no la estamos viendo?

Fin de la primera parte. Continuará...



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