LA NEUROCIENCIA Y LA BIBLIA
Que
interesante y que maravilloso es comprobar como la Neurociencia, confirma lo
que la Biblia dice respecto a nuestra mente y la importancia de responsabilizarnos de lo que
pensamos.
Aunque el término “neurociencia” es bastante amplio, vamos a describirla simplemente como la manera de entender cómo funciona nuestra mente, gracias a toda la tecnología y a los avances que hoy el hombre tiene a disposición. Sus apasionantes descubrimientos, demuestran que no tenemos porqué ser esclavos de nuestras emociones y que, si lo somos, es porque nosotros lo hemos aprendido y elegido, de manera inconsciente y lo perpetuamos en nuestra vida de pensamiento. Por tanto, al darnos cuenta que lo que somos es producto de nuestra manera de pensar, también podemos tomar la responsabilidad de cambiar nuestros patrones mentales.
Todo esto confirma lo que la Biblia dice desde hace miles de años atrás: “porque como piensa dentro de sí, así es la persona” (Proverbios 23:7). También las Escrituras nos muestran que podemos cambiar nuestra manera de pensar: “transfórmense por la renovación de su mente, para que puedan discernir la voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2)
Extracto de una de las charlas de "Cristianos Anónimos".
c.a.cristianos.anonimos@gmail.com
Tenemos la
tendencia a pensar que lo que sentimos o experimentamos es debido a factores
externos. Creemos que nuestras emociones son automáticas y que nada podemos
hacer para modificarlas y culpamos a otros de nuestra desgracia o a las
circunstancias. Obviamente, esta es una posición muy cómoda, pues con esa
actitud de culpar a otros, nosotros no tenemos responsabilidad de nada.
Aunque el término “neurociencia” es bastante amplio, vamos a describirla simplemente como la manera de entender cómo funciona nuestra mente, gracias a toda la tecnología y a los avances que hoy el hombre tiene a disposición. Sus apasionantes descubrimientos, demuestran que no tenemos porqué ser esclavos de nuestras emociones y que, si lo somos, es porque nosotros lo hemos aprendido y elegido, de manera inconsciente y lo perpetuamos en nuestra vida de pensamiento. Por tanto, al darnos cuenta que lo que somos es producto de nuestra manera de pensar, también podemos tomar la responsabilidad de cambiar nuestros patrones mentales.
Todo esto confirma lo que la Biblia dice desde hace miles de años atrás: “porque como piensa dentro de sí, así es la persona” (Proverbios 23:7). También las Escrituras nos muestran que podemos cambiar nuestra manera de pensar: “transfórmense por la renovación de su mente, para que puedan discernir la voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2)
El problema
de nuestro mundo evangélico, es que hemos encasillado la Biblia en un ámbito
tan religioso, que podemos conocer versículos de memoria, pero sin ninguna
aplicación a nuestra vida diaria y sin cambios en nuestra manera de pensar.
Se nos ha
enseñado erróneamente, a que basta con orar, para que nuestros malos hábitos desaparezcan
y si no sucede, se nos dice que es porque no tenemos fe. Le pedimos a Dios que cambie
nuestras malas actitudes, cuando esa es nuestra responsabilidad, y como no hay cambios
permanentes, culpamos a Dios pues “Él no ha respondido a nuestra oración”.
Incluso, llegamos a pedirle que “saque pensamientos de nosotros”, cuando eso nos
corresponde a nosotros, según lo que la Biblia enseña. Es tan cómoda nuestra
posición religiosa, que siempre estamos detrás de un “milagro” o “un acto de
magia”, pero esa no es la manera que Dios actúa para la transformación de sus
hijos. Es vergonzoso que ha tenido que venir la ciencia, que estudia cómo
funciona nuestra mente, para decirnos; “aprendan a leer la Biblia y aplíquenla”
realmente a sus vidas.
EL EJEMPLO
DE ABRAHAM
Conocemos
la historia de Abraham como el padre de la fe, el amigo de Dios y podemos
relatar toda su vida, sin entender que Dios le enseñó a este anciano pagano a
pensar como un hombre de fe. Esto no fue mágico ni automático, Abraham debió
someterse por años a una manera distinta de pensar y en Génesis
15, se nos relata este proceso de neurociencia en que Dios colocó a Abraham.
Recordemos que además de viejo, su esposa era estéril, sin embargo, Dios le había prometido una descendencia innumerable, pues Su propósito era formar una nación de la cual vendría el Salvador del mundo. En Génesis 15:5 y 6 leemos: “Y (Dios) lo llevó fuera, y le dijo: Mira (Abraham) ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”.
Recordemos que además de viejo, su esposa era estéril, sin embargo, Dios le había prometido una descendencia innumerable, pues Su propósito era formar una nación de la cual vendría el Salvador del mundo. En Génesis 15:5 y 6 leemos: “Y (Dios) lo llevó fuera, y le dijo: Mira (Abraham) ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia”.
Abraham
cada noche miraba las estrellas del cielo y tratando de contarlas, se decía a
sí mismo:” así será mi descendencia”. Este ejercicio lo hizo noche a noche y
año tras año, y a medida que pasaba el tiempo, la manera de pensar de este
hombre fue cambiando, la promesa de Dios fue cada vez más real, su fe comenzó a
crecer, pues aprendió a conocer a Dios. Si hubiéramos podido meter a Abraham a
un scanner, nos daríamos cuenta que la fisiología de su cerebro fue cambiando,
su mente ahora imaginaba vívidamente como sería de vasta su descendencia y sus
emociones eran de gozo, fe y amor por su amigo, Dios. Al tiempo señalado, nació
Isaac, y mediante él, la nación de Israel.
En términos simples, Dios le enseñó a Abraham a usar su cerebro. Como hoy sabemos, nuestros cerebro tiene dos hemisferios, uno izquierdo que es más lógico, matemático, racional, secuencial y el derecho que es verbal, emocional, intuitivo, creativo y no secuencial.
Cuando Dios le mostró "los cielos y las estrellas y le pidió que las contara", con ese acto le estaba enseñando a Abraham a usar su hemisferio izquierdo, él estaba mirando algo real y lo que Dios le pedía era una acción concreta y lógica.
Cuando le dijo; "así será tu descendencia", le estaba enseñando a usar el hemisferio derecho, pues imaginó, creó imagenes, percibió noche a noche como sería su descendencia. La promesa de Dios fue cada día más y más real y por eso, Abraham "creyó a Jehová, y le fue contado por justicia". Abraham experimentó y desarrolló la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.(Hebreos 11:1)
Este anciano imperfecto, experimentó lo que Pablo dijo en Romanos 12:2, “se transformó por la renovación de su mente, y pudo discernir la voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta”.
Cuando Dios le mostró "los cielos y las estrellas y le pidió que las contara", con ese acto le estaba enseñando a Abraham a usar su hemisferio izquierdo, él estaba mirando algo real y lo que Dios le pedía era una acción concreta y lógica.
Cuando le dijo; "así será tu descendencia", le estaba enseñando a usar el hemisferio derecho, pues imaginó, creó imagenes, percibió noche a noche como sería su descendencia. La promesa de Dios fue cada día más y más real y por eso, Abraham "creyó a Jehová, y le fue contado por justicia". Abraham experimentó y desarrolló la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.(Hebreos 11:1)
Este anciano imperfecto, experimentó lo que Pablo dijo en Romanos 12:2, “se transformó por la renovación de su mente, y pudo discernir la voluntad de Dios que es buena, agradable y perfecta”.
Despertemos
y démonos cuenta que Dios está haciendo lo mismo hoy con nosotros, está
buscando que apliquemos Su Palabra a nuestras vidas, dejemos de ser meros
religiosos y seamos transformados de adentro hacia afuera, aprendiendo a vivir
día a día conectados a Dios. Así como Dios transformó a Abraham de un pagano falente,
común y corriente a un hombre de una fe extraordinaria, así quiere hacer con nosotros hoy.
Extracto de una de las charlas de "Cristianos Anónimos".
c.a.cristianos.anonimos@gmail.com
Buenísimo (y)
ResponderEliminarMuchas gracias, hay mucho por estudiar, y tienes razón, nos falta estudiar más y mejor las palabras y enseñanzas que el Gran Creador dejó en su Palabra; El es el Arquitecto de nuestro cerebro y por tanto comprende su funcionamiento totalmente. Hay un libro del que he leìdo unos apartes y que hace justamente eso: explicarnos el funcionamiento de la mente a partir de la Biblia, se llama Mente, Carácter y Personalidad, es excelente, lo recomiendo.
ResponderEliminarHola grandioso saber que la.mente humana no tiene límites y su más imperiosa necesidad es conocer a Dios
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