Getsemaní para el mundo cristiano, evoca un lugar de soledad y sufrimiento. Getsemaní, es el nombre del huerto ubicado en la ladera del Monte de los Olivos, al que Jesús se retiró con sus discípulos inmediatamente después de haber participado de la cena pascual. En el Getsemaní, fue traicionado con un beso por Judas, hecho que marcó su ruta hacia la cruz del Calvario.
El Señor sabía que esa no sería una noche cualquiera, por eso, al llegar a ese lugar les pidió a Pedro, Santiago y Juan que le acompañaran a orar, pues sentía que la hora de su sacrificio estaba cerca. En ese estado de angustia y agonía, buscó el apoyo de sus amigos, los que sin embargo, se quedaron dormidos.
En esa profunda soledad interior, le confesó al Padre que su alma estaba “…muy triste, hasta la muerte" (Mateo 26:38), y en íntima comunión con Él, oró las siguientes palabras: "Padre, si es posible, que pase de mí esta copa; mas no se haga mi voluntad sino la tuya" (Mateo 26:39), y como respuesta a esa oración, un ángel de cielo llegó para fortalecerlo (Lucas 22:43).
PASE DE MÍ ESTA COPA
¿A qué se refería el Señor cuando oró que pasara de Él la copa?, ¿Qué significado tenía esa copa y que contenía para que Él pidiera que "si fuera posible" no la bebiera?
Algunos piensan que en su mente estaba la tortura y muerte por crucifixión que le esperaba, y ciertamente eso era algo terrible que tendría que vivir, sin embargo, muchas personas en aquella época eran crucificadas por los romanos, y agonizaban colgados por días a la vista de todos hasta morir.
Por tanto, la copa a la que hace referencia el Señor, no era el dolor de la crucifixión, sino más bien el hecho de las implicancias espirituales que le traería el "beber esa copa". Pensemos en lo siguiente; el que nunca hizo pecado (2 Cor.5:21), debía beber una nauseabunda copa con todas nuestras miserias y bajezas, sería cargado con el pecado de todos nosotros, y eso rompería la relación de amor con Su Padre, pues Dios no tiene ninguna comunión con el pecado. No obstante, esa acción permitiría que todas nuestras transgresiones fueran perdonadas, y así pudiéramos volver a través de Él, a la relación de amor perdida con Dios en el jardín del Edén.
En el Antiguo Testamento leemos que Isaías profetizó 700 años antes, lo siguiente: "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas DIOS CARGÓ EN ÉL EL PECADO DE TODOS NOSOTROS". (Isaías 53:5,6)
A Jesús no lo crucificaron los romanos, en realidad fueron nuestros pecados y Él voluntariamente lo aceptó. Por tanto, no fueron los clavos los que lo sujetaron a esa cruz, sino Su amor por nosotros.
Voluntariamente se dejó apresar esa noche, aunque no había cometido crimen alguno y permitió que lo torturasen sin siquiera defenderse. Dice la Biblia: "Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, y no abrió su boca" (Isaías 53:7)
Nuestro Señor, murió en esa cruz, en nuestro lugar, para pagar el precio por nuestros pecados, y "el que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21). Ojalá nuestros ojos fueran abiertos, y pudiéramos atesorar y vivir Su gran amor por nosotros.
GETSEMANÍ
Es interesante que aquel huerto se llamara Getsemaní, pues el significado de esa palabra es "prensa de aceite", ya que allí se aplastaban las aceitunas para producir el aceite de oliva. En ese lugar, Jesús fue "aplastado" por nuestra maldad y lo que salió de Él fue el amor a Su Padre a quien se sometió y un amor tan grande por nosotros, que nada merecíamos (ni merecemos), que nos muestra el camino de vuelta al Padre (Juan 14:6).
En este tiempo de Semana Santa, sería conveniente preguntarnos: ¿Estamos respondiendo a ese amor transformador, o sólo estamos llevando una buena religión, con mucho conocimiento teológico, pero sin el fruto del amor? ¿Tomamos nuestra cruz diariamente, negándonos a nosotros mismos mientras aprendemos a ser sus discípulos?
Cristianos Anónimos
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