C.A. CRISTIANOS ANONIMOS

Getsemaní para el mundo cristiano, evoca un lugar de soledad y sufrimiento. Getsemaní, es el nombre del huerto ubicado en la ladera del Monte de los Olivos, al que Jesús se retiró con sus discípulos inmediatamente después de haber participado de la cena pascual. En el Getsemaní, fue traicionado con un beso por Judas, hecho que marcó su ruta hacia la cruz del Calvario.  El Señor sabía que esa no sería una noche cualquiera, por eso, al llegar a ese lugar les pidió a Pedro, Santiago y Juan que le acompañaran a orar, pues sentía que la hora de su sacrificio estaba cerca. En ese estado de angustia y agonía, buscó el apoyo de sus amigos, los que sin embargo, se quedaron dormidos. En esa profunda soledad interior, le confesó al Padre que su alma estaba  “…muy triste, hasta la muerte" (Mateo 26:38) , y en íntima comunión con Él, oró las siguientes palabras:  "Padre, si es posible, que pase de mí esta copa; mas no se haga mi voluntad sino la tuya" (Mateo 26:39),  y como respuesta

Hace más de dos mil años atrás, Jesús entró triunfalmente en Jerusalén, y los evangelios nos muestran que Él preparó esta entrada cuidadosamente. Consiguió que le facilitaran un burrito en una aldea cercana llamada Betfagé, (Mateo 21:1-3) distante unos tres kilómetros de Jerusalén, de donde inició su trayecto junto a sus discípulos. ¿Por qué preparó tan cuidadosamente su entrada si antes no lo había hecho? Antes de responder, veamos cómo se registra esta memorable escena.  Una vez que el Señor inició su marcha junto a sus discípulos, se fueron añadiendo muchas de las personas que en multitudes habían peregrinado para celebrar la Pascua. Recordemos que esta festividad era muy importante para los judíos, a la que asistían de todas partes, pues evocaba la milagrosa liberación de la esclavitud sufrida en Egipto, recordando el paso del ángel de la muerte que no tocó a ningún primogénito hebreo, pues tenían sus dinteles marcados con la sangre de corderos sacrificados. (Éxodo 12:21-28) A medi

 En pocos días más, conmemoraremos la Semana Santa. Tiempo que comienza el domingo, con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, donde una multitud espontánea y alborozada lo recibirá como rey. Lo tremendo de esa escena,  es comprender que el Señor sabía lo que se desencadenaría de ahí en adelante: que en unos días sería traicionado por uno de sus discípulos, que otro lo negaría y los demás lo abandonarían, que esa misma muchedumbre que ahora lo aclamaba, pediría a gritos su muerte. También sabía que sería torturado, y que moriría  vilmente crucificado, como un criminal. ¿Si sabía lo que le esperaba, por qué siguió adelante? ¿Qué lo motivó a tener tal determinación?  Para responder a esas interrogantes,  primeramente consideremos un par de cosas. El Señor Jesús, le había dicho a sus discípulos, más de una vez, lo que había de sucederle al entrar en Jerusalén para celebrar la pascua judía, sin embargo ellos no lo entendieron. (Mateo 20:17-19) No comprendieron ni por asomo, que esa era

En estos momentos, nuestra región se encuentra nuevamente en cuarentena, por lo que todos debemos permanecer en casa y con libertades restringidas, y por cierto, sin poder acceder a los templos. DEFINICIÓN DE CUARENTENA: Tiempo permitido por Dios, para que la iglesia entienda que Él no habita en templos de ladrillos construidos por hombres, sino que Él mismo edifica a Su iglesia, transformando a las personas a través de un caminar juntos diariamente y sin religión. De la misma manera que hizo con Sus discípulos y la iglesia primitiva, que no necesitaron un lugar permanente para congregarse. Cuarentena , es un tiempo que Dios permite, para que la iglesia deje de seguir a pastores, y enseñanzas de hombres, y en la intimidad del hogar, reaprender a escuchar la voz del Buen Pastor cada día, que no sólo conoce a cada oveja por su nombre, sino que las va transformando en Su amor, a través de una conexión real con la Vid Verdadera. Tal como sucedió con ese puñado de discípulos y con la iglesi