LAS LECCIONES DE LA HISTORIA
Hay un
dicho popular, muy nuestro que dice: “ni muy adentro que te quemes ni muy
afuera que te hieles”. Esto significa que debemos ser moderados, guarda silencio y no
involucrarnos mucho. Pero, creo que no es un buen refrán, es más, si algo no le
agrada a Dios es justamente la “tibieza”. (Apoc. 3:16)
Por tanto, al culminar un año convulsionado, entendamos que no podemos ser tibios, pues lo que se avizora para siguiente año, tal vez sea peor. Y no sólo está pasando en nuestra nación, pues el mundo está cambiando y todas las instituciones, que por siglos fueron baluartes morales, de justicia y de la dignidad humana, están cayendo en todas
partes. Sin duda, estamos en los últimos tiempos y esto no significa que
se debe caer en el temor, y buscar el suicidio espiritual (“Señor, llévame”),
ni en el escapismo religioso (“Señor, ven pronto por nosotros”), sino al
contrario, debemos entender que “somos luz en medio de la oscuridad” (Mat.5:14) y
plantarnos con valentía, pues estamos llamados a ser "columna y baluarte de la verdad" (1 Tim.3:15)
SER TIBIOS,
NO ES EL CAMINO
Hay un
interesante escrito que ha circulado por las redes sociales, y que pertenece a
la profesora en Filología Claude Benoit, que quiero compartirles. Ella comienza citando el
mensaje de Emanuel Tanay, nacido en 1928, judío sobreviviente del Holocausto,
conocido y muy respetado psiquiatra forense radicado en los Estados Unidos, hasta su muerte en el 2014. Relata que Tanay era un hombre de familia normal, perteneciente a la
aristocracia alemana y que antes de la Segunda Guerra Mundial, era propietario
de una serie de grandes industrias y haciendas.
Cuando se
le preguntó a Tanay ¿cuántos de los alemanes eran realmente nazis?, su
respuesta fue, “muy pocas personas eran nazis en verdad”, pero agregó, “muchos
disfrutaban la devolución del orgullo alemán, y otros muchos estaban demasiado
ocupados para preocuparse. Yo era uno de los que sólo pensaba que los nazis era
un montón de tontos. Así, la mayoría simplemente se sentó a dejar que todo
sucediera. Luego, antes de que nos diéramos cuenta, los nazis eran dueños de
nosotros, se había perdido el control y el fin del mundo había llegado. Mi
familia perdió todo. Terminé en un campo de concentración y los Aliados
destruyeron mis fábricas”.
La
profesora Benoit, continúa: “Se nos dice hoy que la gran mayoría de los
musulmanes sólo quieren vivir en paz. El hecho es que los fanáticos dominan el
Islam, tanto en este momento como en la historia. Son los fanáticos los que
marchan. Se trata de los fanáticos los que producen guerras. Se trata de los
fanáticos los que sistemáticamente masacran cristianos o grupos tribales en
África y se van adueñando gradualmente de todo el continente en una ola islámica.
Estos fanáticos son los que ponen bombas, decapitan, asesinan. Son los
fanáticos los que toman mezquita tras mezquita.
Se trata de
los fanáticos los que celosamente difunden la lapidación y la horca de las
víctimas de violación y los homosexuales. Se trata de los fanáticos los que
enseñan a sus jóvenes a matar y a convertirse en terroristas suicidas. El hecho
cuantificable y duro es que la mayoría pacífica, la "mayoría
silenciosa" es intimidada e imperceptible.
LA HISTORIA HUMANA
La Rusia
comunista estaba compuesta de los rusos, que sólo querían vivir en paz. Sin
embargo, los comunistas rusos fueron responsables por el asesinato de cerca de
50 millones de personas. La mayoría pacífica era irrelevante.
La enorme
población de China era también pacífica, pero los comunistas chinos lograron
matar la asombrosa cifra de 70 millones de personas.
El
individuo japonés medio antes de la Segunda Guerra Mundial no era un belicista
sádico. Sin embargo, Japón asesinó y masacró, en su camino hacia el sur de Asia
Oriental, en una orgía de muerte que incluyó el asesinato sistemático, a 12
millones de civiles chinos, la mayoría muertos por espada, pala y bayoneta.
Y, ¿quién
puede olvidar Ruanda, que se derrumbó en una carnicería? ¿Podría alguien decir, que la mayoría de los ruandeses no eran amantes de la paz?
Las
lecciones de la historia son con frecuencia increíblemente simples y
contundentes. Sin embargo, a pesar de todos nuestros poderes de la razón,
muchas veces perdemos el más básico y sencillo de los puntos:
- Los musulmanes amantes de la paz se han hecho irrelevantes por su silencio. Los musulmanes amantes de la paz se convertirán en nuestros enemigos si no se pronuncian, porque al igual que Emanuel Tanay de Alemania, se despertarán un día y encontrarán que los fanáticos los poseen, y el fin de su mundo habrá comenzado.
- Los alemanes, amantes de la paz, japoneses, chinos, rusos, ruandeses, serbios, afganos, iraquíes, palestinos, somalíes, nigerianos, argelinos, y muchos otros han muerto a causa de que la mayoría pacífica no se pronunció hasta que fue demasiado tarde.
En cuanto a
nosotros, que somos espectadores ante los eventos en desarrollo, debemos
prestar atención al único grupo que cuenta: los fanáticos que amenazan nuestra
forma de vida”, de esta manera concluye su escrito la profesora Benoit.
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