¿DEBEMOS HABLAR DE POLÍTICA Y RELIGIÓN?

 


Solo los tontos creen que política y religión no se discuten: es por eso que ladrones siguen en el poder y falsos pastores continúan predicando.”

Esta célebre y desafiante frase se le atribuye a Charles H. Spurgeon (1834-1892), y llama la atención, pues como cristianos se nos ha enseñado que no hay que "meterse en las cosas del mundo", y que por lo tanto no debemos hablar ni de religión ni de política. Pero por otro lado, los ateos hablan en contra del cristianismo y "predican de su color político" a diestra y siniestra, y vemos cómo han tenido éxito aportando al descalabro ético y moral que hoy estamos viendo. 

Esa actitud religiosa y supuestamente espiritual de "no querer meternos en temas mundanos", y de guardar un cómplice silencio - según la postura de Spurgeon - ha hecho que por un lado los falsos pastores y mercaderes de la fe se multipliquen y esquilmen a las ovejas manipulando versículos bíblicos, y por otro lado al no discutir los temas y votar por colores políticos, en vez de convicciones bíblicas, ha hecho que los políticos ateos y corruptos abunden. 

NUESTRO LLAMAMIENTO A SER LUZ Y SAL

Nuestro llamamiento a ser luz y sal no está circunscrito al ámbito religioso (Mateo 5:13-16), sino que debemos serlo en el mundo, pues es en esa oscuridad donde debemos alumbrar y es allí donde debemos frenar la corrupción. Por eso es que al aproximarse las elecciones, y entendiendo que no tenemos colores ni seguimos a políticos, no obstante, es nuestro deber moral votar por aquellos que aún defienden los valores judeo-cristianos. Y por ello es importante preguntarnos:  ¿Seguiremos permitiendo que se elijan personas que pisotean los valores cristianos y se burlan de las claras enseñanzas bíblicas? ¿Dejaremos que ateos sigan controlando y dictando leyes que nos afectarán a todos? ¿Queremos realmente dejarles una patria mejor a nuestra descendencia?

Creo que de todo corazón, que debemos votar sabiamente, estudiando los programas de los distintos candidatos y que nuestro voto defienda los valores judeo cristianos:

  • Votando a favor de la familia diseñada por Dios de un hombre y una mujer y el derecho de los padres a educar a sus hijos, y no que el Estado los adoctrine.
  • Votando a favor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Rechazando el aborto y la eutanasia como política de Estado.
  • Votando a favor de la libertad de conciencia y fe, es decir, que una persona cristiana pueda predicar, educar y vivir su fe sin imposiciones ideológicas.
  • Votando a favor de la justicia, donde se castigue al agresor y se defienda a la víctima. Y luche contra la corrupción.
  • Votando a favor del que defiende los derechos y vela por los más vulnerables.
  • Votando a favor del que defiende la soberanía, cuidando la identidad nacional e impidiendo que agendas globalistas socaven los valores judeo-cristianos.
Como cristianos que estamos llamados a ser luz y sal en este mundo, nuestro voto es un arma que debemos usar para que "a lo bueno se le siga llamando bueno y a lo malo, se le siga llamando malo" (Isaías 5:20). 




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