UN CRISTIANO ¿PUEDE SER COMUNISTA?
Para responder adecuadamente a la pregunta de si un cristiano puede ser comunista, tendríamos que definir en primer lugar los vocablos "cristiano" y "comunista".
En términos generales, un cristiano no es alguien que solamente "cree en Dios", pues los demonios también creen en Él (Stgo 2:19). Una persona realmente cristiana es alguien que cree, y que además le cree a un Dios Creador, Soberano, personal y trascendente, y por tanto la realidad que vive solo encuentra sentido en Él (Gen.1:1; Col.1:16-17). También es un creyente que ha nacido de nuevo en Cristo, y ahora vive para servirlo a través de una relación de amor y transformación interior y busca obedecer Su Palabra, cumpliendo con la gran comisión (Mateo 28:19).
Por el contrario, un comunista basa su sistema político en que Dios no existe y que la realidad última es solo material. Por ello, Marx, que no creía en Dios, llamó al cristianismo "el opio del pueblo". Lo increíble es que, siendo una ideología atea, cree que puede construir el Edén en la tierra, donde no existan las clases sociales, donde todos sean iguales (a la fuerza obviamente), donde no exista la propiedad privada y el gobierno sea el dueño de todos los medios de producción.
Por tanto, para contestar si un cristiano puede ser comunista, la respuesta es no, pues ¿cómo es posible que alguien que cree en un Dios trascendente, al mismo tiempo, adhiera a una doctrina sin Dios? Es imposible que una persona que ha nacido de nuevo sea atea al mismo tiempo.
Pero supongamos que una persona que se dice cristiana e incluso va a la iglesia, tiene una marcada tendencia política de izquierda y se ha dejado seducir por las ideas de luchar contra la injusticia, las desigualdades, apoyar a los pobres y a los desvalidos - que sin duda son luchas que todos debiéramos apoyar - debiera darse cuanta que el comunismo claramente no es el camino, porque la realidad histórica muestra que agudiza los temas que teóricamente defiende.
Es cosa de observar la historia para ver si algún país comunista ha disfrutado ese paraíso de libertad, progreso y sin clases sociales que prometen. Lo que objetivamente se puede observar es una dictadura del proletariado, donde se despoja al hombre de su libertad y se le quita toda dignidad, pues debe someterse al Estado, dueño y señor de su vida y voluntad, donde no puede opinar distinto. Se le priva de la libertad más elemental como es la de adorar a Dios libremente. Además de eso, se censuran los medios de masa; la democracia no existe, pues el comunismo es un sistema totalitario y tiránico. Es cuestión de ver cómo los líderes comunistas se perpetúen en el poder y viven como ricos burgueses.
Y tal como consigna la historia y la realidad, el comunismo es una ideología fracasada, por ello vemos que las personas siempre huyen o emigran a países capitalistas, pues no pueden progresar, no tienen libertad y cada vez son más pobres. Y aunque el comunismo ha fracasado estrepitosamente, y el símbolo histórico fue la caída del muro de Berlín en 1989 —de allí partió la desintegración de la Unión Soviética—, no obstante, muchos incautos se siguen aferrando a esa utopía fracasada, porque no conocen la estructura filosófica e histórica del comunismo.
Comentarios
Publicar un comentario