AMAR AL PRÓJIMO, AMARSE UNO MISMO

Dentro del mundo cristiano, se piensa que por tener cierto conocimiento bíblico, o por ser fiel a la institución religiosa, se es un buen discípulo de Jesús. ¿Será cierto?

El Señor dijo: "En esto conocerán todos que son mis discípulos, si tuvieran amor los unos por los otros" (Juan 13:35). Además de eso, agregó en Mateo 22: 36-40 que el principal mandamiento se resumía en "Amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y toda la mente" y también se debía "amar al prójimo como a uno mismo". Es decir, la marca de un verdadero cristiano, es el amor, tal como la Biblia lo enseña.

Con mucha frecuencia las personas creen que aman a Dios, pero pasan por alto aquello de que "debemos amar al prójimo como a nosotros mismos", y la pregunta que debiera surgir es: ¿Me amo a mí mismo? Pues si no sé lo que es amarse a sí mismo, ¿Cómo podré obedecer  el mandamiento del Señor? Según la Palabra, vivir el amor propio, es básico para poder amar al prójimo, ya que no podemos dar lo que no tenemos o lo que no somos. Y si no tenemos ese tipo de amor horizontal, ¿Cómo vamos a pretender amar a Dios y obedecerlo?

AMARSE A UNO MISMO

Cuando uno se da cuenta que Dios nos amó tanto que envío a Su hijo a morir por nuestra salvación, y que ahora mora en nosotros, es cuando aquilatamos el valor que tenemos y dejamos de sabotearnos y despertamos a la realidad que somos únicos en inimitables, pues Dios nos creó. En esto punto iniciamos el camino de comenzar a amarnos.

Cuando aprendemos a amarnos, comenzaremos a amar a nuestro prójimo y la evidencia será que dejaremos de buscar la perfección en otros que nosotros no tenemos. Dejaremos de fijarnos en los defectos de los demás, la murmuración y la crítica dejarán de ser parte de nuestras conversaciones. Seremos más perdonadores, y dejaremos de ver la paja en el ojo ajeno, pues observaremos la viga en el nuestro. Seremos más empáticos con el dolor ajeno y nuestras oraciones dejarán de ser tan egocéntricas.

Cuando Dios está en nosotros, comenzaremos a vivir la vida, amando con Su amor.