ARREPENTIMIENTO O CAMBIO RADICAL DE MANERA DE PENSAR


¿Por qué hay tantas personas que se dicen cristianas, pero que frente a los problemas o desafíos de la vida se hunden, se amargan, culpan a otros, y no avanzan? En cambio hay otros, que frente a las mismas adversidades, batallan y tienen una actitud de fe activa y vencedora. ¿Por qué las reacciones y actitudes frente a los obstáculos son tan distintas?

La clave para esa respuesta está en la manera en que pensamos. Si realmente tomáramos en serio las palabras de Jesús entenderíamos la responsabilidad que tenemos en cuanto a la manera en que articulamos nuestros pensamientos. Cuando comenzó su ministerio en la tierra, Él comenzó diciendo: “arrepiéntanse porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2). La palabra “arrepentimiento”, proviene del vocablo griego “metanoia”, que significa “cambio radical de manera de pensar”. Arrepentimiento no es golpearse el pecho o sentir remordimiento, sino la decisión radical de cambiar la manera de pensar para vivir a la manera del reino de los cielos aquí en la tierra, o como diría hoy la Neurociencia, "es cambiar patrones mentales y construir nuevas carreteras neuronales". Y la Biblia nos otorga un arsenal de herramientas para construirlas, por ejemplo cuando nos dice: "...concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza (Fil.4:8). Esta es la manera "normal" en que un cristianos arrepentido debiera pensar cada día.

UN EJEMPLO DE ARREPENTIMIENTO O DE CAMBIO DE MANERA DE PENSAR

Imagine que van dos personas caminando y de pronto aparece un gran perro frente a ellos. La primera se llena de temor al verlo, le palpita el corazón, quiere huir y su rostro se desencaja. La otra por el contrario, sonríe y se acerca al perro para acariciarlo. ¿A qué se debe esta diferencia?  Ambas personas están viendo el mismo perro, pero la gran diferencia está en la interpretación que en su mente ellas hacen de las experiencias previas que han tenido.

Una fue mordida por un perro similar cuando pequeña, y la otra se crío con perros desde su infancia, por lo que tiene una especial relación con ellos. Cada uno interpreta la misma situación de manera totalmente distinta, porque esa interpretación no tiene nada que ver con la circunstancia (lo de afuera), sino como se piensa de ella (lo de adentro). Esto nos enseña que ninguna circunstancia es dueña de nuestras emociones y que por tanto podemos cambiarlas si tomamos conciencia de este hecho. Eso es arrepentimiento o cambio de manera de pensar.


Por lo tanto, el hecho que una persona se rinda frente a un problema o reto, mientras que otra se mantiene firme, se debe a la interpretación distinta que su cerebro ha aprendido a hacer de los hechos. El desafío, es entonces, cambiar aquellos patrones de pensamiento que nos llevan a hacer interpretaciones que nos hunden en el negativismo e incredulidad sin esperanza. Y es aquí, que como cristianos, debemos aprender a practicar la fe, que es "llamar a las cosas que no son como si fuesen" (Rom.4:17). En otras palabras, es tomar la decisión de cambiar los patrones mentales negativos y darnos cuenta que el problema no es la situación, sino nuestra errónea manera de interpretar los hechos. Si nos consideramos cristianos, debiéramos practica el arrepentimiento cada día. 


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