AL COMENZAR EL AÑO 2025

 


Cuando finaliza un año y comienza otro, con él renace la esperanzas de un "tiempo mejor". Por ello, muchas personas - incluyendo a aquellos que se autodefinen como creyentes en Dios - caen en una serie de supersticiones y rituales sin sentido, como por ejemplo; esperar la medianoche con una maleta (con la esperanza de poder viajar) o le dan el primer abrazo a alguien del sexo opuesto, con el propósito de encontrar pareja ese año. Otros más creativos e ingenuos, piensan que comiendo lentejas o uvas, será un año exitoso. Y ni hablar de las damas que se ponen ropa interior de colores; rojo, amarillo, negro o verde, dependiendo del país, buscando atraer lo que desean.

¿Acaso no es más sabio comenzar un nuevo año, poniendo la esperanza en Dios y Su Palabra que no cambia? ¿Acaso no es más seguro creer las promesas de nuestro Padre que no pueden ser quebrantadas, y vivir este nuevo tiempo de acuerdo a ellas?

Qué nos dice el Señor para este 2025 que recién comienza: "Sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos" (Mateo 28;20). ¿Se da cuenta del calibre de esta promesa? ¿Entiende lo que significa que Jesús estará cada día en nuestra vida? Cuando logramos comprender esta verdad, no importa mucho si las circunstancias que enfrentamos son adversas, o si atravesamos tiempos difíciles, o experimentamos el dolor, pues siempre estaremos seguros sabiendo que todo lo que Él permite, tiene el propósito eterno, que le conozcamos íntimamente, y entendamos que en esta tierra estamos de paso, pues somos "extranjeros y peregrinos" (1 Pedro 2:11).

En este 2025 que se inicia, dejemos de lado los vanos rituales, la incredulidad, el miedo, la preocupación y la incertidumbre, y tomemos la decisión de creerle a nuestro Señor, y experimentemos en primera persona lo que la Biblia nos dice: "Si Dios está con nosotros, ¿Quién contra nosotros?"(Rom.8:31)


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