¡SEÑOR, CAMBIAME!

 


Es un hecho comprobado que si cambiamos nuestra manera de pensar, cambiará nuestra manera de vivir. Y esto es justamente lo que la Biblia enseña, dándonos claras indicaciones de como vivir la nueva vida en Cristo. Entonces, ¿Es correcto pedirle a Dios que cambie nuestra manera de pensar? 

Me consta que muchas personas bien intencionadas le piden al Señor que les cambie, pero la trampa de esta oración es que parece muy espiritual, pero es totalmente lo contrario. 

Para entenderlo mejor, imagine que le pidiéramos con gran devoción al Espíritu Santo: "Hazme bajar de peso" y seguimos comiendo de la misma manera que nos ha hecho subir varios kilos, para luego decir: "le he pedido al Señor que me baje de peso, pero no ha respondido, no he bajado ni un gramo". Con esa lógica religiosa, ¿De quien sería la culpa por no bajar de peso? ¡Obviamente de Dios y no de nosotros! 

De igual manera, la oración; "Señor, cámbiame" no tiene sentido, si seguimos con los mismos patrones de pensamiento de siempre. Además, es una petición tramposa pues no tomamos ninguna responsabilidad y se la damos toda a Dios. Por tanto, ¿De quién sería la culpa si seguimos igual que siempre? ¡De Dios y no de nosotros!  

Así como debiéramos cambiar los hábitos alimenticios y hacer más ejercicio, si es que queremos bajar de peso, de la misma manera es nuestra responsabilidad cambiar nuestros hábitos de pensamientos. ¡Es nuestra responsabilidad, no de Dios!

La Biblia nos dice claramente: "En cuanto a la pasada manera de vivir, DESPOJENSE del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y RENUEVENSE en el espíritu de su mente y VÍSTANSE del nuevo hombre, creado según la justicia y santidad de la verdad" (Efes.4:22,24). ¿Quién tiene la responsabilidad de "despojarse renovar la mente y vestirse del nuevo hombre"? Nosotros.

"No sé conformen a este siglo, sino TRANSFÓRMENSE por medio de la RENOVACIÓN de su ENTENDIMIENTO, para que comprueben cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Rom.12:2). ¿Quién debe "transformar y renovar el entendimiento"? Nosotros.

En la carta a los Filipenses, Pablo es tajante cuando les dice que deben practicar pensar en "lo verdadero, lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable, todo lo que sea de buen nombre, si algo digno de alabanza" (Fil. 4:8). Esto significa que debemos reaprender a pensar, dejando lo negativo de lado y poner más atención a aquello que es de bendición para nosotros y para otros. 




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