EN EL SILENCIO SE ESCUCHA SU VOZ
Cuando el Señor nos enseñó a orar, Él dijo algo que generalmente pasamos por alto, pues pensamos que orar es repetir palabras o hablar con términos altisonantes, tratando de convencerlo para que cumpla nuestros deseos. Y esto es porque no hemos entendido que lo primero que debemos hacer al momento de orar, es entrar en el silencio.
Jesús lo dijo así: "Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará" (Mt.6:6). Esto no significa solamente que nos apartemos y cerremos la puerta de nuestra habitación, pues aún nuestra mente puede estar llena de ruido y distracciones que nos impedirán tener esa real comunión que Dios busca enseñarnos.
Si realmente deseamos tener una verdadera comunión con Dios, será bueno preguntarnos; ¿Cuándo oramos, esta nuestra mente en silencio, quieta, enfocada solamente en Dios? ¿Está nuestra mente llena de pensamientos que nos distraen? La oración es una lucha para entrar en lo secreto.
La oración recién comienza cuando entramos verdaderamente en el silencio interior y donde será posible escuchar la voz de nuestro Padre. Por ello la oración es un ejercicio espiritual, una verdadera contemplación que nos va transformando.
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