CUANDO LA GRACIA DEJA DE SER TEORÍA Y SE CONVIERTE EN EXPERIENCIA
El apóstol Pablo sufría algún tipo de enfermedad dolorosa, y por ello le pidió a Dios en reiteradas oportunidades que le quitará ese "aguijón de su cuerpo" (2 Cor.12:8). Sorprendentemente el Señor no le concedió la petición, en cambio le dijo: "Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Cor.12:9). Pablo, lejos de enojarse o decepcionarse porque el Señor no hizo ese milagro de sanidad en él, comprendió el propósito de esa negativa al enfocar en la respuesta de Dios, la Gracia, y nos dejó una tremenda lección al escribir: "Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo" (2 Cor.12:9). Pablo entendió, que debía enfocar más en Dios que en él.
Y es que Dios permite los tiempos dolorosos y difíciles, para que aprendamos por experiencia a depender de corazón en Él. Al hacerlo, vamos conociendo Su Gracia o el regalo inmerecido de Su presencia en nosotros, ya no como un mero concepto teológico, sino como parte de nuestro crecimiento espiritual.
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