¿VIVIMOS EN EL AMOR DE DIOS?
Si le preguntásemos a cualquier creyente: "usted ama a Dios", sin duda nos respondería con un categórico "¡por supuesto!". Y seguramente esa irreflexiva respuesta estaría basada en los sentimientos y en las buenas intenciones religiosas. Pero si se reflexiona un poco, se debe entender que amar a Dios, es vivir en Su amor, y por tanto, se debe amar a los demás como Dios nos ama a nosotros. ¿Ama usted de esa manera?
Debido a nuestro ego religioso o vieja naturaleza, nos cuesta entender que si un creyente dice que ama a Dios, pero juzga, murmura, lleva y trae chismes, no perdona, habla mal de otras personas, alberga odio y amargura en su corazón, ese creyente no vive en el amor de Dios, y está viviendo absolutamente engañado.
La Biblia claramente dice: "Si alguien dice: "Yo amo a Dios", pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa pues, si no amamos a quienes podemos ver, ¿Cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver?" (1 Juan 4:20).
Si el amor de Dios no es una experiencia transformadora en nuestras vidas, somos religiosos mentirosos. Sólo podemos dar lo que tenemos. Si no vivimos el amor de Dios, no podemos compartirlo, así de simple.
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