LA ACTITUD NO SE SIENTE, SE ELIGE
La actitud, se define como el estado de ánimo que se expresa de cierta manera. En el caso de los niños, ese estado de ánimo o actitud, va a depender de las circunstancias, es decir, si ellas son placenteras, todo estará bien, pero si no lo son o no consigue lo que quiere, aparecerá la rabieta, el enojo y el llanto manipulador. No obstante, podemos encontrar adultos con la misma actitud infantil, que como no han madurado, hacen las mismas rabietas que un niño mal criado, lo cual es muy vergonzoso.
A veces se piensa que creer en Dios, es un mero asunto religioso, pero no es así, es aprender a vivir como Dios quiere y por ello nos ha dejado Su Manual de Vida. En él nos enseña a Madurar, aprendiendo a elegir las actitudes diarias. Veamos un ejemplo:
El apóstol Pablo, nos muestra la "circunstancia" que está viviendo y la "actitud" que él elige. Él dice: "puedo estar atribulado (circunstancia), pero no angustiado (es la actitud que elige), en apuros (circunstancia), pero no desesperado (actitud), perseguido (circunstancia), pero no desamparado (actitud), derribado (circunstancia), pero no destruido (actitud)" (2 Cor.4:7-9)
Y la clave que le ha enseñado a elegir su actitud, la describe de esta manera: "ha aprendido a mirar, no las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas" (2 Cor.4:16-18) Si ponemos los ojos en Jesús, apartándolas de nosotros, la vida será distinta. Si queremos llegar lejos, aprendamos a cambiar las actitudes.
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