EL BUEN O MAL USO DEL TIEMPO


Imagine que a toda persona que nace en esta tierra, se le asigna una sola y única cantidad de dinero para toda su vida. A unos 15 millones, a otros 20, a otros 35, a otros 40. También imagine que esas personas, lejos de cuidarlo o invertirlo bien, lo malgastan comprando cosas que no son indispensables, pero que la publicidad les ha hecho creer que "lo necesitan", y así acumulan "juguetes" caros durante toda su vida. Además, les han dicho que la vida es para pasarla bien, así que gasta mucho dinero en diversión y juergas, y subiendo sus aventuras a las redes sociales. Otros simplemente, consumen grandes sumas en comida y cosas superfluas sin ningún plan o presupuesto.

Al ver esas conductas, con seguridad pensaríamos que esas personas están malgastando el dinero y que muy pronto quedarán en la bancarrota. Todos estaríamos de acuerdo en que a esas personas les falta sabiduría, pues están despilfarrando un capital que es limitado, y nos preguntaríamos, ¿Cómo es posible que sean tan tontos y no se den cuenta que van al despeñadero?

EL TIEMPO

Traspasemos esa misma escena imaginaria, a nuestra realidad. A todos nosotros cuando nacimos en este planeta, Dios nos ha asignado una cantidad de tiempo, que no conocemos, pero que es limitado. Por tanto, es el bien más valioso que tenemos. 

Dados los acontecimientos mundiales que estamos presenciando, debiéramos seriamente preguntarnos ¿Estamos conscientes que tenemos un tiempo limitado y que cada día, estamos agotando la cuota? ¿Qué estamos haciendo como mayordomos, con el tiempo que Dios nos ha dado? ¿Lo estamos invirtiendo o simplemente agotando y/o despilfarrando? 

Si nos consideramos cristianos, debiéramos entender que la mejor inversión que podemos hacer, es pasar tiempo con Dios diariamente, y no me estoy refiriendo a estar involucrados en las múltiples actividades de la iglesia, o escuchando audios de sermones, o viendo videos de pastores famosos, pues incluso haciendo todo eso, podemos no conocer a Dios ni tener intimidad con Él. Lo que trato de decir, es que podemos hacer muchas cosas en nombre de Dios, pero sin tener comunión con Él. Por eso es preciso, tomar en serio Sus palabras de advertencia: "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Entonces les declararé: Nunca les conocí, apártense de mí, hacedores de maldad." (Mt.7:22,23) 

Por eso debemos aprender a invertir nuestro tiempo en tener koinonia con nuestro Padre. en "lo secreto" (Mt.6:6), tal como lo dijo Jesús en el Sermón del Monte, y de esa manera experimentaremos Su amor transformador. 

Es necesario entender, que cuando se agote la cantidad de tiempo asignado y muramos, no nos llevaremos nada de las cosas a las que estamos aferrados: trabajo, dinero, posesiones materiales, hacernos "un nombre", status, etc. Sólo nos llevaremos lo que somos en Dios, no lo que hacemos.

Para aprender a invertir bien el tiempo, debemos preguntarnos seriamente: ¿Es realmente el Señor Jesús mi prioridad en la vida? ¿Le asigno lo mejor de mi tiempo o lo que me sobra? ¿Estoy más sintonizado con lo terrenal o con lo espiritual? La Biblia dice: "Porque nada de lo que hay en el mundo - los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida - proviene del Padre, sino del mundo" (1 Juan 2;16)


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