LA NARANJA CRISTIANA
Cuando una naranja se exprime, lo que saldrá de ella, obviamente, es jugo de naranja. Y ella jamás le diría a la manzana, "tú hiciste que de mí saliera ese jugo anaranjado". Esto que parece tan evidente, no lo es tanto cuando lo trasladamos a nuestra vida.
Muchas veces las personas dicen: "Me enojé, porque tú me hiciste enojar", o "Es cierto que reaccioné mal, y dije cosas que no debía, pero la culpa es tuya, pues tú me hiciste reaccionar así" o "Yo no tengo la culpa, yo soy así, me conociste así y no voy a cambiar".
Lo triste es, que esas declaraciones no sólo se escuchan en personas que no creen en Dios, sino también en aquellos que se consideran devotos cristianos.
Es preciso entender, que si usted se considera un creyente en Dios, es como una naranja, y como tal, experimentará situaciones que le estrujarán y dejaran en evidencia lo que hay dentro de usted. Por tanto, cuando es exprimido, saldrá lo que realmente hay en su corazón: rabia, enojo, odio, rencor, falta de perdón, temor, etc. Es decir, nadie es culpable por su reacción o lo que sale por su boca, sólo usted.
Un verdadero seguidor de Cristo, se hará responsable de sus reacciones, sin culpar a otras personas, o a las circunstancias que vivió. Tampoco dirá: "yo soy así, y no voy a cambiar", pues si realmente entiende que el arrepentimiento - que es la palabra "metanoia" en griego - significa un cambio radical de manera de pensar, comenzará a vivir esa experiencia diaria de la vida transformadora de Cristo, que se manifestará en sus reacciones cotidianas.
EXPRIMIDOS
Cuando las circunstancias estrujaron dramáticamente a Jesús, mientras lo clavaban en la cruz, lo que salió de Él, no fue rabia, enojo o ira, sino amor y por eso dijo: "Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Luc.23:34)
Lo mismo sucedió con Esteban, el primer mártir de la cristiandad, mientras moría apedreado, salió de sus labios lo siguiente: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado" (Hechos 7:60).
Como creyentes que buscamos ser consecuentes, es preciso responder a las siguientes preguntas: ¿Cómo reacciona usted cuando es exprimido en la interacción con personas o cuando experimenta circunstancias infelices? ¿Qué sale de usted? ¿Aparece el amor de Cristo o sólo la vieja naturaleza?
El cristianismo no es religión, es un estilo de vida que debe notarse especialmente cuando somos exprimidos.
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