EL TESORO EN VASOS DE BARRO


En  Su Palabra el Señor nos manda arrepentirnos para poder vivir de acuerdo al Reino de los Cielos aquí en la tierra (Mt.4:17). Eso significa que debemos cambiar radicalmente nuestra manera de pensar.

Esto parece simple, pero no lo es, requiere un esfuerzo diario de ir cambiando creencias profundas que son las que nos hacen actuar y vivir del modo que lo hacemos. Una creencia humana muy arraigada, es creer que todo lo que nos sucede, toda circunstancia que vivimos, naturalmente afecta nuestros estados de ánimo. Es decir, si vivimos circunstancias felices, somos felices por "dentro", pero si al contrario, experimentamos circunstancias tristes o desgraciadas, entonces automáticamente, debemos sentirse desdichados por  "dentro".

VASOS DE BARRO

No obstante, Pablo vivió y enseñó que un cristiano no tiene por qué vivir como un esclavo de las situaciones que vive y debe hacer una diferencia entre lo que pasa afuera y lo que pasa adentro. Él dijo: "Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo (por fuera), mas no angustiados (por dentro); en apuros (por fuera), mas no desesperados (por dentro);  perseguidos (por fuera), mas no desamparados (por dentro); derribados (por fuera), pero no destruidos (por dentro); 10 llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. (2 Corintios 4:7-10)

¿Por qué Pablo podía diferenciar que una cosa era lo que le sucedía por fuera, y otra muy distinta era la respuesta que él permitía por dentro? Por una razón muy sencilla, pues él se sabía un vaso de barro, pero tenía un tesoro en su interior, que era la presencia de su Señor Jesús. En otras palabras, como vivía sabiendo que Dios moraba en él, Pablo era un cristiano termostato y no un mero cristiano termómetro. Él vivía de acuerdo a la verdad que dice: "¿Si Dios está conmigo, quien contra mí?" (Ro, 8:31)

DESAFÍO

Si usted se considera cristiano, le invito a responder las siguientes preguntas:  ¿Cuándo no tiene dinero, o está padeciendo alguna enfermedad, o viviendo circunstancias tristes, como se siente por dentro? Supongamos que su respuesta fue: “me siento fatal por dentro, amargado, irritado, sin ganas de orar”. Pero, ¿No se supone que Jesús mora en usted?, ¿Dónde queda la realidad de Su presencia?, ¿Ha considerado que lo que está viviendo es una prueba de su fe, para que usted se dé cuenta de cuanto valor le da a la Palabra de Dios?

 Ojalá todos los que nos consideramos cristianos,  podamos practicar cada día el darnos cuenta que la presencia del Señor en nosotros, hace la diferencia entre las circunstancias negativas que podamos vivir, y la actitud interna de fe, de manera que podamos pasar la prueba y vivir victoriosamente cada día.

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