CULTIVANDO UNA ACTITUD DE AGRADECIMIENTO



Si el día está caluroso, frío, nublado o lluvioso, tenemos que aceptarlo resignadamente, pues ninguno de nosotros puede cambiar el clima. Pero lo que sí podemos controlar, sobre todo si nos consideramos cristianos, es la actitud con la que enfrentamos el día. 

Y así como no podemos hacer nada para interferir en el clima, tampoco está en nuestras manos el controlar las circunstancias que nos afectan, y que pueden ser gatilladas por situaciones familiares, locales, nacionales e incluso internacionales. Pero lo que sí podemos hacer, es elegir la actitud con la que enfrentaremos el diario vivir. Y una de las más poderosas, que la Biblia nos enseña, es aprender a practicar diariamente el agradecimiento.

APRENDIENDO A DAR GRACIAS

El apóstol Pablo, escribiendo a los Tesalonicenses, les dice: "Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (1 Tes.5:18).

Al leer este verso, podemos estar de acuerdo en que es fácil dar gracias a Dios cuando todo va bien, y la vida se presenta placentera en todos los aspectos. Pero cuando las cosas van mal, no sólo nos cuesta dar gracias, sino que no entendemos por qué debemos hacerlo en esos tiempos sombríos. No obstante, este será un punto de inflexión en la vida de aquel creyente que logra entenderlo, y es capaz de comparar la complicada situación que vive, con la infinita magnificencia y poderío de Dios. Este nuevo enfoque, es vital para vivir victoriosamente, pues Dios es más grande que toda situación pasajera. 

Además, es preciso y necesario comprender que cuando las circunstancias de la vida se presentan complejas, las malas noticias nos asechan y los problemas y pesares abundan, es cuando realmente probamos nuestra relación de dependencia de Dios, pues Él claramente nos ha dicho que debemos darle gracias en TODA CIRCUNSTANCIA, que ciertamente incluye a las malas. 

Por tanto, hemos de entender que frente a los problemas, tenemos dos alternativas; quejarnos o dar gracias. La primera opción pone de manifiesto que el enfoque de nuestra vida, somos nosotros mismos y por eso nos victimizamos. La segunda, evidencia que estamos aprendiendo a enfocar en Dios y no en nosotros. Esa es la clave del agradecimiento.

LA IMPORTANCIA DEL AGRADECIMIENTO

Cuando somos capaces de practicar el agradecimiento en las circunstancias dolorosas, estamos demostrando que no estamos dependiendo del "clima exterior", sino de Dios que conoce todas las cosas y que permite toda prueba, para nuestro crecimiento espiritual. Crecimiento o madurez que se basa en una relación más íntima y dependiente del Señor Jesús, que se demuestra en una vida de fe (Rom.1:17) y donde las circunstancias (pasajeras) ya no son importantes (2 Cor. 5:7).

El apóstol Pablo, fue entrenado en esta actitud y por ello, les dice a los Filipenses, con toda autoridad: "Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Fil.4:12,13)

Pablo fue "enseñado" a dar gracias, tanto en los acontecimientos buenos, como también en los tiempos duros o desérticos. Pablo aprendió a dar gracias,  pues comprendió que toda circunstancia era pasajera, pero el amor de Dios permanecía inalterable siempre, pues "Él es el mismo ayer, hoy y siempre". (Heb.13:8)

Pablo aprendió en las circunstancias adversas a enfocar en Dios, a pesar del escenario adverso que le pudiera tocar vivir. Optó por aprender a agradecer, en vez de quejarse, pues eso es lo que hace alguien que conoce el amor de Dios. Por consiguiente, como alguien que lo ha experimentado, nos señala el camino del éxito al decirnos "Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (1 Tes.5:18)

Que este sea un día en que podamos practicar el agradecimiento a Dios, sin importar el clima exterior, pues la actitud de agradecimiento y fe, la elegimos nosotros al vivir conectados a la Vid Verdadera.

















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