EL TESORO EN VASOS DE BARRO


El apóstol Pablo, dirigiéndose a la iglesia de Corinto, les dice: "...tenemos este tesoro en vasos de barro para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; perplejos pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; abatidos, pero no destruidos. (2 Cor.4:7-9). Esta hermosa porción de la Biblia nos enseña que si bien constantemente en esta vida estaremos propensos a tener problemas y dificultades, nunca debemos olvidar que aun así, tenemos valor y poseemos poder, pero no por nuestra fuerza humana, sino porque Dios mora en nosotros. Es decir, somos un vaso de barro, que tiene valor porque el tesoro en su interior se lo otorga.

Permítame un ejemplo, para entender mejor este importante concepto:

En cierta oportunidad, un padre vio al hijo adolescente que venía muy cabizbajo de la escuela. Al preguntarle que le ocurría, con lágrimas en los ojos le contó que sus compañeros de colegio se burlaban de él, y lo menospreciaban, debido a que no era bueno para los deportes. 

El padre lo escuchó atentamente, y le pidió que pusiera atención a lo que le iba a decir. Metió su mano al bolsillo y sacó un billete de cien dólares, y le preguntó: "¿te gustaría que te lo diera?", su hijo, mientras se secaba las lágrimas, contestó afirmativamente. 

Enseguida el papá, arrugó el billete, haciéndolo una bola en su mano, incluso lo rompió un poco en uno de sus lados, y le dijo: "¿todavía quieres que te lo de?" Por supuesto dijo su hijo sonriente.

Finalmente el padre arrojó el billete al suelo y lo pisó repetidamente y nuevamente le preguntó: "¿De verdad, aun quieres este billete?" Y la respuesta fue un categórico ¡sí!

 El padre miró a su hijo y le dijo: "espero que hayas aprendido una lección importante hoy. Aunque he arrugado el billete, lo he roto y lo he pisoteado en el suelo, su valor no ha cambiado, sigue siendo un importante billete de cien dólares. No importa lo que otros digan de ti, lo importante es que tú entiendas lo valioso eres, hijo mío"

EL TESORO EN VASOS DE BARRO

Todos nosotros, como cristianos, vamos a experimentar en la vida tiempos tristes, injustos y situaciones dolorosas. Vamos a vivir el rechazo, la burla, la traición. No sentiremos a veces sin valor, pisoteados, vejados y despreciados. Es en esos momentos en que estaremos propensos a creer que no valemos nada, que nuestra vida no tiene sentido y que somos basura, y es en esos momentos en que debemos entender que lo que estamos viviendo, es parte de la voluntad que Dios permite. Y es que precisamente el Señor permite esos tiempos duros, para que aprendamos a creerle a Él y a Su Palabra. 

 ¿Cómo podríamos aprender, que a pesar las tribulaciones, no estamos angustiados? ¿Qué aunque nos sintamos perplejos o confusos,  no nos vamos a desesperar? ¿Qué aunque seamos perseguidos, sabemos que no estamos desamparados? ¿O que aunque nos sintamos abatidos, sabemos que no estamos destruidos? Todo eso se aprende, en los tiempos complicados y dolorosos.

Por lo tanto, debemos mirar desde otra perspectiva los tiempos complejos y difíciles, pues Dios los está permitiendo para que aprendamos a valorar el tesoro que hay en nosotros. Que aprendamos a enfocar en Él y no en los problemas o en los comentarios mal intencionados.

CONCLUSION

En nuestro mundo evangélico, siempre se escucha decir que no basta "creer en Dios", sino que hay que "creerle a Él". Eso es cierto. Pero para que deje de ser teoría y se transforme en práctica y experiencia en nuestra vida, Dios va a permitir situaciones en nuestro diario vivir, para que practiquemos lo que su Palabra dice, y aprendamos a creerle.   

Nuestro valor no depende de la manera en que las circunstancias nos afectan o como nos sentimos. Nuestro valor depende de lo que Dios ha hecho en nuestra vida. Jesús dio su vida por nosotros, nos compró con su sangre, y hoy vive por la fe en nuestros corazones, por lo tanto, es Su presencia la que nos da valor. Lo que importa es el tesoro, no el vaso de barro.



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