APUNTES PARA VIVIR - APRENDIENDO A VIVIR EL REGALO
Cada nuevo día que vivimos es un regalo, por eso se llama
presente.
Y un regalo, lo podemos apreciar o despreciar. En el caso de
la vida cotidiana, sucede algo similar, por eso una persona creyente debe aprender a diferenciar cuando vive
el día en “piloto automático”, es decir, totalmente desvinculado de Dios, pues
está enfocado en lo URGENTE y cuando vive decidiendo focalizar en lo IMPORTANTE,
es decir “pegado a la Vid Verdadera” que es Jesús. (Juan 15:5).
Y esto último, no tiene nada que ver con hacer cosas religiosas,
sino con ser más sensible a los escenarios que Dios va permitiendo en esa
jornada, donde en respuesta a ellos, comenzaremos a ver nuestras reacciones,
que dejan en evidencia lo que sale de dentro de nosotros; enojo, frustración,
odio, falta de perdón, envidia, egoísmo, murmuración, maldiciones, etc. De esta
manera, el Señor Jesús nos va enseñando a conocernos interiormente, para que
nuestra relación con Él sea más real y con menos maquillaje religioso.
Cuando somos capaces de aprender a identificar las miserias que salen de nuestro corazón, y comprobar que aun así Dios nos ama, comenzamos a experimentar hacia Él un amor más profundo, pues aunque no lo merecemos, por gracia lo recibimos. Y a través de ese amor, el Señor, que es el Alfarero, nos va transformando en lo que diseñó que fuésemos.
Aprendamos a vivir el día apreciando el regalo de la vida – EL PRESENTE - siendo más agradecidos y sabiendo que en todos los escenarios y situaciones que vivamos en el día, nuestro Señor Jesús está allí transformándonos y enseñándonos a vivir “pegados a la Vid Verdadera”, pues de esa forma vamos diferenciando entre lo URGENTE y lo IMPORTANTE.
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