LA NUEVA NORMALIDAD EN OVEJILANDIA

CAPITULO UNO

Érase un día cualquiera en el austral reino de Ovejilandia. En esa soleada jornada de verano, las ovejas pastaban plácidamente en la pradera disfrutando la "nueva normalidad". Ya habían pasado dos años desde que atacó - el hasta entonces desconocido - zancudo Malo, pero al pasar los meses, las ovejas se habían acomodado de nuevo, sin cuestionar nada.

Sin embargo, Catpama, que no era no una oveja negra ni blanca, sino una oveja salmón, observaba intrigada, que aunque la gran mayoría de la ovejas había recibido una, dos y hasta tres dosis del jarabe mágico, seguían siendo picadas, ya no por el zancudo Malo, sino por su primo Malulón, que también se ensañaba con las ovejas más viejas y débiles. Catpama pensaba, que algo no andaba bien, pues con jarabe o sin jarabe, las ovejas eran picadas igualmente y seguían muriendo.

CAPITULO DOS

Pero a la gran mayoría de las ovejas, que les encantaba ver televisión, no pensaban mucho en lo que ocurría, pues tenían la esperanza que todo cambiaría maravillosamente, pues el pusilánime rey de Ovejilandia - el de patas cortitas - había sido reemplazado por otro rey, un carnero joven y que no era muy bueno para sacar cuentas, desde que se cayó de un árbol, según testimonio de algunas ovejas.

CAPITULO TRES

Catpama, se sorprendía que las ovejas ya habían olvidado que el jarabe mágico, seguía siendo experimental y que muy poco se sabía de los efectos secundarios. Y lo que más sorprendía a Catpama, era que cuando una oveja se negaba a tomar el jarabe mágico, las demás iban tras ella, la mordían y la obligaban a tomarlo.

CAPÍTULO CUATRO

Y mientras el zancudo Malulón seguía picando al rebaño, en lo alto de la montaña, Jorge Wolff y sus secuaces - lobos vestidos con pieles de oveja - se solazaban viendo como los reinos seguían comprando jarabe en grandes cantidades, a pesar que no las protegía mucho de las picadas de zancudos.

Los lobos estaban de fiesta, no sólo porque lo que habían planeado se iba cumpliendo muy bien, sino que ahora no necesitaban encerrar a las ovejas, pues ellas obedecían todo lo que se les decía por la televisión. Por otro lado, los amigos de Jorge, los que fabricaban el jarabe mágico estaban felices, pues sus ganancias se habían quintuplicado y la clientela ovejuna seguía pidiendo el jarabe experimental. 

Y como el negocio iba tan bien, decidieron que cada cierto tiempo soltarían un zancudo nuevo, y les dirían a las ovejas blancas y negra, que el jarabe mágico anterior no funcionaba con ese nuevo zancudo y que deberían preparar una pócima nueva, que obviamente deberían comprar y que eso sería la solución. Y las ovejas estaban felices, la nueva normalidad era realmente buena.

CAPITULO CINCO

Pero la oveja salmón, veía con asombro que los reinos se iban empobreciendo más y más. Incluso algunos ya no tenían para pasto para comer, pero necesitaban comprar jarabe. Por esta razón, una comitiva fue a pedir ayuda donde Jorge, quien amablemente les dijo:  "Ovejitas lindas, no se preocupen, mis amigos del Organismo Ovejuno Mundial (OOM) les darán prestamos de lo que necesiten, pues ellos las quieren mucho". Las ovejas estaban felices.

Sin embargo, Catpama sabía que ese camino era muy peligros, pues sabían que los pergaminos sagrados decían: "el que recibe un préstamo, es esclavo del que presta". Lo cual significaba que los reinos perderían toda su libertad y Jorge y sus secuaces reinarían sobre todos los reinos empobrecidos, sólo era cuestión de tiempo que eso sucediera...a menos que las ovejas despertaran.

Este cuento, continuará.



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