NAVIDAD NOS ENSEÑA A DEPENDER DE DIOS Y NO DE LAS CIRCUNSTANCIAS
El nacimiento de Jesús estuvo rodeado de conflictos y de situaciones estresantes, partiendo por el embarazo de María antes de contraer matrimonio con José, situación que generó una tremenda crisis para la pareja, donde incluso ella corrió el peligro de ser apedreada hasta morir. No obstante, Dios les guío a través de este tiempo emocionalmente turbulento, a entender que Él estaba guiando los acontecimientos y que debían confiar en Él. Y esa confianza fue puesta a prueba nueve meses más tarde, cuando un censo romano los obligó a viajar más de cien kilómetros a su natal Belén. Como es de imaginar, tal viaje en las condiciones de María fue tremendamente complicado debido a lo avanzado de su embarazo. Pero la situación seguiría empeorando, pues al llegar a Belén. ella comenzó con el trabajo de parto por lo que urgía encontrar un confortable lugar para que diera a luz. Sin embargo no pudieron hallar ninguna habitación disponible en la posada, y lo único que hallaron fue un maloliente establo, donde finalmente nació ese bebito y su cunita fue un humilde pesebre.
En este punto de la historia, que no se parece en nada a esas típicas e idílicas películas o postales modernas de Navidad, podríamos pensar que al fin van a tener una vida más normal. Pero no es así, otro acontecimiento estaba a punto de ocurrir, y que de nuevo lo cambiaría todo.
Había pasado a lo menos un par de meses, cuando provenientes de Oriente, unos sabios llegaron a Jerusalén buscando al rey que había nacido. Y como es natural, esos magos se fueron directo al palacio del rey Herodes, pues lo normal es que los reyes nacen en ese tipo de mansiones. Una vez que el malvado Herodes fue informado del nacimiento de ese bebé rey, inmediatamente maquinó como matarlo, pues pensó que podría eclipsar su poder político. Y al no saber la fecha exacta de su nacimiento, ordenó matar a todos los varoncitos menores de dos años de edad en Belén. En medio de esta terrible amenaza, Dios le mostró en sueños a José las intenciones que Herodes tenía contra el niño, por lo que José huyó inmediatamente a Egipto con su familia.
¿POR QUÉ?
Cuando uno reflexiona en como fue el nacimiento de Jesús, se pregunta: ¿Por qué José y María, que fueron los elegidos para llevar a cabo el más maravilloso nacimiento en la tierra, tuvieron que pasar por tiempos tan complicados? ¿Por qué el Hijo de Dios tuvo que nacer de una manera tan precaria, en un establo maloliente, en medio de tanto estrés, temor y constante incertidumbre? ¿No es injusto acaso que esos que se sometieron a la perfecta voluntad de Dios, vivieran situaciones cada vez más y más complicadas?
Todo esto tenía una razón de ser, Dios debía forjar el carácter de esos padres terrenales, de manera que pudieran ser los que guiaran y fueran modelos ante ese niño de lo que es la dependencia real en Dios, no en teoría sino en la práctica. Por eso permitió el dolor, la incertidumbre y la persecución para que aprendieran a DEPENDER SOLAMENTE DE ÉL. Por tanto, aprendieron a no oponer resistencia y a confiar en la soberanía de Dios. María dijo: "he aquí la esclava del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra"(Luc.1:38). José a aprendió a ser sensible a la voz de Dios y a obedecerla sin dilación. (Mat.1:24) (Mt.2:13,14) (Mt.2:19,20)
NOSOTROS
Navidad o el nacimiento de Jesús nos enseña que para hacer la voluntad de Dios, debemos aprender verdaderamente por la experiencia a DEPENDER DE DIOS y no de las circunstancias.
Muchas veces nos engañamos pensando que "dependemos de Dios" porque vamos a la iglesia, pero cuando vienen las pruebas; tales como la enfermedad, la crisis económica, la crisis política, el quiebre familiar, y chocamos de frente contra la soberanía de Dios, aparece nuestro verdadera identidad OPONIENDO RESISTENCIA. Nos enojamos con Dios, hallamos injusto lo que nos pasa, no aceptamos las circunstancias así que tratamos de obligar a Dios a que las cambie con oraciones, ayunos, incluso con los llamados "decretos", que muestran nuestra rebeldía, egocentrismo y la poca sumisión a la voluntad de Dios, pues las cosas no van de acuerdo a "nuestros planes". El problema de vivir ese tipo de cristianismo, es que no maduramos, no conocemos íntimamente a Dios pues sólo tenemos teoría cristiana que funciona "mientras las cosas vayan de acuerdo a nuestra voluntad".
José y María no opusieron resistencia ante todas las situaciones tan duras que vivieron, pues aprendieron a fijar su vista en Él y no en las circunstancias. Aprendieron a construir en la roca y o en la arena. (Mt.7:24-27). Nosotros debemos aprender lo mismo.
Debemos entender que Dios no está para bendecirnos y hacernos felices en esta tierra, pues todo esto es sólo el preámbulo de la eternidad, por lo tanto, mientras estemos aquí, Él desea enseñarnos algo mucho más importante y con ribetes eternos, y es que maduremos espiritualmente y le conozcamos íntimamente, y eso sólo es posible mediante el dolor, pues es allí donde nuestro ego muere y nos rendimos a Él. Por lo tanto, el dolor no se resiste, se abraza y se le valora como un buen maestro. De allí que el Señor nos dice: "No les ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que nos los dejará ser probados más de lo que puedan soportar, pues juntamente con la prueba viene la salida. (1 Cor.10:13)
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