JESUS, EL PUENTE DE AMOR PERFECTO


El que pudo haber nacido en el palacio más lujoso y esplendoroso del mundo, con todas las atenciones y cuidados de la realeza, decidió nacer en un nauseabundo establo y tuvo por cuna, un pesebre. ¿Qué Rey hace eso? Nadie, excepto el Rey de Reyes y Señor de Señores; Jesús.

La Biblia dice: "el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Fil. 2:6-8)

Nuestro Señor Jesús decidió nacer en un hediondo establo, para identificarse con la condición dolorosa, pobre y ciega espiritualmente en que nuestra raza cayó, luego del pecado de Adán y Eva. Decidió mediante su nacimiento, ser el puente perfecto que nos llevara de vuelta al Edén perdido. Ninguna religión tiene un Dios que ame tanto a sus criaturas, que decide encarnarse como una de ellas y nacer como cualquiera, del seno de una mujer, sólo Jesús.  Sólo Él es capaz de establecerse como el puente perfecto de amor entre Dios y la humanidad.

Por eso, no sólo nace como un humilde aldeano, sino que ese perfecto Dios y perfecto hombre decide treinta años después, cumplir el propósito de su encarnación, pagando el precio por nuestros pecados en la cruz del calvario, y así hacer efectivo ese puente de amor y reconciliación que nos lleva de vuelta al Padre. Por eso sólo Él es capaz de decir: "Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al padre sino por mí". (Juan 14:6)

Hoy día, algunos piensan que pueden ir al cielo porque son "buenas personas y no le hacen mal a nadie" o incluso otros llegan a pensar que porque repiten una oración "aceptando a Jesús" son salvos y el cielo está ya garantizado. Pero eso no es así, pues están ignorando las claras palabras del Rey cuando dijo que la única manera de volver al Edén perdido es "por Él", es decir se debe caminar la vida con el Él y por Él, que es el puente. Fue incluso más claro aun cuando dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Luc. 9:23) ¿Se da cuenta? No es cuestión de "ser buena persona o de repetir una oración", hay que vivirlo a Él diariamente haciendo morir nuestro ego, por es eso es que el cristianismo no es religión, sino relación de intimidad con Jesús.

NAVIDAD

Hoy Navidad es una fiesta bonita, de luces y colores, pero donde el autor y la razón de ser de la Navidad está ausente. Por eso, hoy más que nunca, debemos mostrar a otros que Jesús es el centro de esta fiesta. No sólo a través de una tarjeta con buenos deseos, sino imitando su ejemplo, pues así como el Señor se humilló a sí mismo y se estableció en un puente de amor, nosotros hoy podemos hacer lo mismo, humillarnos y construir puentes de reconciliación con otros. Porque esta es la mejor ocasión para pedir perdón y sanar relaciones rotas, desatando desavenencias, abrazando al que consideramos un enemigo y así regalar amor, algo tan escaso en estos días. 

Que podamos vivir esta Navidad, obedeciendo las palabras que el ángel le dijo a los pastores en esa maravillosa noche: "No teman; porque he aquí les doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que Cristo el Señor." (Luc.2:10,11)







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