LA BIBLIA Y LA NEUROCIENCIA (PARTE FINAL)
Los avances de la Neurociencia siguen demostrando la veracidad de los principios bíblicos. De hecho, desde los comienzos de los 2000, ha aparecido una rama de la Neurociencia que ya muchos comienzan a llamar Neuroteología, pues busca explicar las bases neuronales de las experiencias espirituales.
Este novedoso movimiento comenzó con las investigaciones del profesor Michael Persinger, de la Universidad Lautentiana de Sudbury, Canadá, quien durante múltiples experimentos buscaba entender las experiencias espirituales de las personas profundamente creyentes en Dios, y como estas estimulaban áreas del cerebro que podían medirse y registrarse. Para ello, diseñó un sofisticado aparato que estimulaba los lóbulos temporales del cerebro mediante un campo magnético, y luego de probarlo en más de 900 personas, reportó que más del 80 % "sintieron una poderosa presencia", como si alguien estuviera con ellos en ese cuarto vacío donde se realizaba el experimento. Los científicos quedaron asombrados, pues podían darse cuenta que el cerebro está diseñado como una antena, para poder percibir la presencia de Dios. Es decir, Dios ha dotado al ser humano con un cerebro para "creer en Él".
DIOS NOS CREO PARA CREER EN ÉL Y PARA VIVIR EN AMOR
Dios no sólo nos creó con un cerebro para conocerle, sino que también lo diseñó para vivir en amor. Y por eso, uno de los más poderosos versos de la Biblia dice: "El perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor" (1 Juan 4:18). Es decir, vivir en amor, anularía todos los temores en los que vivimos.
Muchas veces se piensa que lo contrario del amor es el odio, pero no es así, la Biblia dice que es el temor. Esto también está confirmado por los neurocientistas, quienes han llegado a la conclusión que solamente hay dos emociones básicas en la raza humana; el amor y el temor. Y de estas dos, se desprenden las múltiples emociones buenas o malas, que experimentamos a lo largo de nuestra vida. Por ello, en las últimas décadas, han investigado la anatomía y la fisiología del amor y del temor en los aspectos moleculares, genéticos y epigenéticos, y han descubierto que ambos sistemas son muy diferentes entre sí, lo que se ve reflejado en las distintas reacciones que afectan para bien o para mal lo que la persona piensa, siente y decide.
Concluyeron que cuando la persona vive en "modo amor", el cerebro libera la oxitocina que anula todo aspecto del temor, y que hace que la persona viva bien y sin pensamientos negativos. También se dieron cuenta, que la oxitocina trabaja junto a la dopamina para facilitar la construcción de nuevos pensamientos, que son positivos y llenos de esperanza, dando a la persona, energía, confianza, motivación, y revitalizando el cerebro para aprender cosas nuevas.
Cuando la persona vive en "modo amor", el cerebro además segregará endorfina y serotonina, que no sólo hacen que la persona se sienta bien, sino que desintoxica el cerebro incrementando la motivación y la inteligencia.
Por otro lado, cuando un individuo vive en "modo temor", los científicos notaron que la persona cae en un círculo tóxico de pensamiento, con temores imaginarios y en un estado crónico de estrés, liberando cortisol y adrenalina, que a la larga enferma el organismo y no será sorpresa que acabe teniendo patologías al corazón, al sistema digestivo, y otras enfermedades debido a un sistema inmune muy debilitado. Una vez más, la Biblia es confirmada; "el perfecto amor, echa fuera el temor".
LA RESPONSABILIDA EN LO QUE PENSAMOS
En general se tiene la idea, que una persona no tiene control sobre lo que se siente o los estados de ánimo. Se razona que cuando alguien se siente desanimado, triste, amargado, enojado, etc. sólo tiene que esperar "que se le pase". Pero no es así, somos responsables de lo que pensamos y sentimos, el problema es que ya lo hacemos de manera inconsciente, pues llevamos muchos años de práctica de pensar erróneo, y por eso solemos decir; "es que yo soy así"; soy enojón, soy depresivo, soy voluble, soy inconstante, etc.
No obstante, Pablo nos dice que tenemos que reaprender a pensar a la manera bíblica, pues lo que pensamos origina lo que sentimos y experimentamos en el organismo. Nos dice: "En esto piensen, en lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza" (Fil.4:8) Pablo nos enseña que si aprendemos a pensar correctamente, nuestras emociones serán saludables y gozaremos de buena salud física.
Además nos dice: "Quítense de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sean benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, como Dios también los perdonó a ustedes en Cristo" (Efes.4:31,32)
La Palabra deja más que claro que si aprendemos a gobernar nuestros pensamientos, podremos disfrutar de emociones sanas. Por eso es vital entender que es nuestra responsabilidad el llevar todo pensamiento tóxico o de temor "cautivo a los pies de Cristo" (2 Cor.10:5). El problema es que como nos hemos acostumbrado a ser meros religiosos, maquillamos nuestra desobediencia pidiéndole piadosamente al Señor "que Él nos cambie", "que haga un milagro" cuando el Señor claramente nos ha dicho que nosotros debemos cambiar nuestra manera de pensar. De hecho la palabra arrepentimiento (que no significa ni remordimiento o golpearse el pecho) significa en el griego "cambio radical de manera de pensar".
ADICTOS AL AMOR
Fuimos creados para vivir en amor y no en temor. Cuando escuchamos una música que nos llega al alma, o contemplamos un hermoso paisaje que nos deja extasiado, o cuando estamos con una persona que amamos o vemos una película hermosa y motivante, o cuando tenemos un profundo tiempo de contemplación con Dios, nos sentimos bien, pues nuestro cerebro está segregando endorfina, serotonina, oxitocina.
Al contrario, cuando experimentamos problemas de relaciones, o estamos con personas tóxicas, o vemos una película de terror, nos sentimos mal, angustiados, depresivos, incluso experimentando cefalea o malestar físico, esto es debido a que nuestro cerebro está segregando cortisol y adrenalina que nos preparan para un peligro real, pero como todo eso está en nuestra mente, nuestro organismo se resiente negativamente. Todo esto sucede porque estamos experimentando el temor, para lo que no fuimos creados.
Dios nos ha creado para vivir en amor y no en temor. Nuestro creador nos ha dotado de un cerebro que cuando vivimos en amor, activamos la zona llamada Cuerpo Estriado (corpus stratium) que segrega dopamina, lo cual nos hace sentir más creativos, llenos de energía, vitalidad, positividad, valentía y más fe. Por eso debemos aprender cada día a vivir en el amor de Dios, y así vivir la vida abundante por el Señor prometida.
¿Por qué la gente usa drogas? Para sentir placer, evadir el dolor, ser más creativos, conocerse más profundamente, tener experiencias espirituales incluso. Y es que las drogas lo que hacen, es activar en el cerebro el Cuerpo Estriado (Corpus Stratium), que segrega dopamina y es por eso que las personas se sienten por un rato, energéticos, creativos, valientes. Pero como el efecto sólo dura un rato, las personas se vuelven adictas a la droga. Dios nos hizo adictos al amor, y no tenemos que usar ninguna droga para experimentarlo, sino buscar entender lo profundo que es el amor de Dios y vivirlo.
La Biblia dice claramente: "El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor" (1 Juan 4:8). Un cristiano no es aquel que hace una oración para "recibir al Señor" y luego asiste fielmente a alguna iglesia pensando que tiene una "relación personal con Dios", no obstante vive en constante temor. Temor que se ve reflejado en las oraciones que hace o en las preocupaciones que llenan su mente todo el día. Si una persona vive en temor, es porque no conoce a Dios que es amor, eso dice la Biblia.
Un cristiano, de acuerdo a 1 de Juan 4:8, es el que reaprende cada día a tomar en serio la palabra de Dios, como también la responsabilidad de colar sus pensamientos, tomando la decisión de vivir en amor y no en temor. Ser cristiano no es saber versículos de memoria, es cuestionarse, conocerse y practicar dichos principios bíblicos, viviendo cada día pegados a la Vid Verdadera, no a la falsa, y obedeciendo el mandato diario del Señor Jesús de vivir para Él: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame" (Lucas 9:23).
Resumen de las charlas de Cristianos Anónimos.
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