CUIDADO CON LAS FOTOS QUE SACAMOS
Cuando sacamos una foto, inmortalizamos un momento muy específico de la vida de alguien. Pero con el tiempo, esa foto puede perder totalmente su significado, pues la vida va cambiando. Por lo tanto, sería bastante arriesgado hacer una proyección de vida, por una sola foto que vemos. Por ejemplo, al ver la instantánea de la boda de una pareja, que se ven sonrientes, felices y enamorados, sería aventurado decir que "vivieron felices para siempre", si con el paso de los años nos enteramos que uno de ellos enfermó y murió o finalmente tuvieron serios problemas y terminaron divorciándose.
De la misma forma, nosotros sacamos "fotos" a personas cuando las estamos juzgando, condenando y mandando al infierno, debido a algo que nos enteramos que vivió o está viviendo. Cuando hacemos eso, nos arrogamos la autoridad de un juez que no tenemos, pues no conocemos todos los antecedentes ni la historia del caso. Y no sólo eso, sino que también estamos actuando en abierta desobediencia a nuestro Señor que nos ha dicho claramente: "No juzguen, y no serán juzgados. No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y serán perdonados" (Lucas 6:37) Y es que el Señor no sólo conoce la "foto", sino que la "película completa" de nuestras vidas, y por eso sólo Él puede ser el Juez.
Si nosotros le hubiésemos sacado una "foto" a Noé borracho, lo hubiésemos sacado del registro bíblico sin duda por "mal testimonio" (Gen.9:24). Si tuviéramos la "foto" de Abraham, ofreciendo a su esposa a Faraón y mintiendo diciendo que sólo era su hermana para su beneficio egoísta (Gen.12.13), sin duda hubiésemos buscado otro candidato para ser el padre de la fe. O si tuviéramos una "foto" de Jacob engañando a su padre Isaac para obtener fraudulentamente la bendición del primogénito (Gen.27:19) o engañando y mintiendo como lo hizo por mucho tiempo, sin duda no lo hubiésemos elegido para ser el patriarca de la nación de donde vino nuestro Salvador. Ni hablar si hubiésemos tomado la "foto" de David adulterando con Betsabé (2 Sam.11:4) o enviando a Urías a una muerte segura (2 Sam.11:15). O del apóstol Pablo persiguiendo y enviando a la muerte a cristianos, o presenciando mientras apedreaban a Esteban hasta la muerte (Hechos 8:1-3). Ninguno de ellos calificaba. Y que decir si le hubiésemos sacado una "foto" a Pedro hablando groseramente y negando al Señor por tres veces (Mt.26:74), seguramente lo hubiésemos sacado del grupo selecto de discípulos.
La lista podría ser enorme de los personajes bíblicos que no calificaban, pero nos enseñan que nosotros no podemos juzgar a nadie, pues al hacerlo estamos "sacando una foto" de un momento específico de la vida de esa persona, pero sólo Dios conoce la película completa y Él se encarga de disciplinarla, no nosotros. Sólo Él sabe porque permite las fallas y pecados.
De hecho, el fracaso humano, nos muestra la grandeza de Dios y como esas mismas fallas humanas son usadas por Dios para disciplinar, templar el carácter y finalmente transformar a esas personas, dejando muy en claro, que la Gloria sólo le pertenece a Él.
Finalmente, se nos manda no juzgar a nadie por nuestro bien, pues "con la vara que midamos a otros, nosotros seremos medidos nosotros" (Mt.7:2). Además de eso, nosotros tampoco tenemos la película completa de nuestra vida, sólo Dios la tiene y por eso nos manda tener cuidado con el legalismo farisaico prestando atención cuando nos dice: "Así que, el que piensa estar firma, mire que no caiga" (1 Cor.10:12)
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