EXTORSIÓN BIBLICA

En las antiguas películas de mafiosos, veíamos a los rufianes entrando en algún almacén, exigiendo al dueño el pago de una cantidad, para “su protección”. De negarse a hacerlo, le golpearían y le quemarían el negocio. Finalmente, el asustado almacenero, entregaba mes a mes el poco dinero que tenía, motivado por el temor al castigo y las represalias.


En nuestro moderno cristianismo, y en medio de los complejos tiempos que vivimos, vemos como pastores usan las redes sociales para extorsionar a las personas, manipulando textos bíblicos, y diciéndoles que si no “pagan el diezmo”, le “están robando a Dios y que si son ladrones, se tendrán que atener a las consecuencias” que incluyen las más variadas calamidades y castigos. El argumento de "robar a Dios", que es aterrador de sólo pensarlo, lo sacan fuera de contexto del Libro de Malaquías. También están aquellos que manipulan a las ingenuas personas con términos como “sembrar en algún ministerio”, eufemismo que significa “deme su dinero”. Y otros esgrimen el argumento de “mantener la obra del Señor”, no entendiendo que si realmente la obra fuera de Dios, Él la financiará de alguna manera, como lo ha hecho siempre a lo largo de la historia, sin que se requiera manipular a las personas.

¿Acaso estos “gánsters cristianos” no han leído lo que dijo el Señor Jesús: “No se puede servir a Dios y al dinero” (Mt.:24)? ¿O no han leído lo que Pablo enseña?, él dice: Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. (2 Corintios 9:7). Dios ama al dador alegre, no al “dador obligado o manipulado”. Al dador que da con un corazón agradecido y jamás por temor al castigo. Y la cantidad que da, dependerá de lo que cada cual pueda. ¿Recuerda a la viuda que el Señor alabó, porque dio muy poco, pero para ella era mucho? No es la cantidad de plata lo que importa, sino la actitud del corazón. (Lucas 21:1-4) 

La Biblia claramente nos instruye a dar, pero en la justa medida y con la motivación correcta. Por ejemplo, enseña a ser agradecido con quien le instruya bíblicamente, por eso dice claramente “El que recibe instrucción en la palabra comparta toda cosa buena con quien le instruye”. (Gálatas 6:6). De nuevo, el principio de dar es por agradecimiento y amor, pero jamás por miedo “al castigo de Dios" pues el verdadero cristiano da generosamente, sin que nadie le extorsione para hacerlo.

EVIDENCIA

Hoy día, está quedando en evidencia, un problema que no tenía la iglesia primitiva: la dependencia del dinero para mantener las instituciones: pagar arriendos y salarios. Y esto se debe, a que la iglesia primitiva era un organismo que dependía del Señor y no de una estructura humana. Seamos sabios para entender los tiempos que estamos viviendo, y ver que Dios nos está llevando de vuelta a una iglesia que depende y es edificada sólo por Él.

Cristianos Anónimos.

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