EL FIN DE LOS TIEMPOS Y LA AGENDA GLOBAL
Sin duda estamos viviendo tiempos raros. Nunca antes vimos que la vida se modificara a escala global, por un virus, como ha sido este año con el covid 19. Por miedo al contagio, países completos hemos estado confinados por meses, modificando literalmente la manera de vivir, con restricciones para trabajar, movernos, comprar, movilizarnos, incluso para ver a los seres queridos. Y cuando estamos llegando al final del año, y la gente comienza a cansarse de estar encerrada, y la crisis económica comienza a sentirse con fuerza, aparece el terror de una "segunda ola" del virus, y tal vez una "tercera", una "mutación" o uno nuevo, quien sabe. Lo que sí es necesario saber, es que debemos estar preparados para enfrentar nuevos escenarios, porque cabe la posibilidad que no volvamos a la "vida normal" que antes conocimos.
¿Es que estamos viviendo el fin de los tiempos? ¿El fin de la sociedad que conocimos? Al inicio de esta pandemia, fueron muchos los videos de pastores que se hicieron virales en las redes, señalando que el fin estaba ad portas y el rapto de la iglesia era inminente. Pasados los meses, y con mucha más mesura, son varios los análisis que como cristianos podemos hacer. En primer lugar, debemos reflexionar en todo lo que está ocurriendo con una actitud abierta, dejando que el Señor sea soberano, para no encerrarlo en alguna particular interpretación escatológica.
GLOBALIZACIÓN
Sin duda, estamos inmersos en una sociedad cada vez más tecnologizada e interconectada. Por un lado, podemos reconocer la parte positiva de esta GLOBALIZACIÓN, que en términos generales permite los flujos del libre comercio entre todos los países, que generan crecimiento económico y beneficios para los consumidores. Incluso, hoy es posible que cualquier persona pueda comprar un artículo por internet en China o en cualquier otro país, y le llega directamente a su casa. Ese es un beneficio concreto de la Globalización, y de una sociedad interconectada como nunca antes.
GLOBALISMO
Pero por otro lado, vemos una sociedad occidental que se desmorona y podemos ver esa crisis desde varios ángulos. Hoy, como nunca antes, podemos constatar como los gobiernos democráticos se tambalean ante la polarización y el clima de violencia que ha invadido a la sociedad en general, validando todo grupo anarquista que ataca el orden establecido.
Existen bandos, donde uno no soporta al que piensa distinto y le quiere callar a toda costa y viceversa. Ya no hay voluntad para el dialogo, o buscar un punto común en argumentos disimiles, sino que simplemente se ataca a la persona. Sólo por citar un ejemplo, ya nadie puede tener una opinión diferente al que promueve el feminismo radical actual, porque inmediatamente se le acusa de "misógino, patriarcal y propagador de odio". Lo más preocupante, es que esta intolerancia - que paradojalmente levanta la bandera de la tolerancia - no sólo ocurre en la calle, sino que está sucediendo en las universidades de todo el mundo, en el lugar donde supuestamente se podían debatir ideas distintas con argumentos y respeto. Hay un peligro que pocos ven y es que nuestras libertades personales están en riesgo. Incluso en algunos países, ya se están dictando leyes para prohibir decir cosas que puedan ser consideradas "negacionistas y/o discursos de odio", y que vayan en contra de la "verdad oficial".
Es posible que muchos no se den cuenta, pero los valores morales cristianos hoy están en el ojo del huracán, y a menos que la iglesia "despierte", estos desaparecerán en el corto plazo. Permítame algunos ejemplos: el concepto del matrimonio y la familia tradicional, dado por Dios, de padre y madre, será barrido y reemplazado por otros modelos. La "ideología de género", echará por tierra la creación de Dios, de hombre y mujer y cada cual podrá ser lo que "siente ser". La vida, dada por Dios, podrá "interrumpirse" (eufemismo para asesinato) en cualquier momento, pues el aborto será un derecho para la mujer, pero sin considerar los derechos de ese bebé inocente. La eutanasia, podrá "interrumpir" la vida de personas enfermas, solas, discapacitadas, ancianas y en general, personas que no son productivas. Tanto el aborto como la eutanasia, que ya son legales en varios países, serán "muy buenas soluciones" para un mundo que tiene "demasiada población".
Sin duda el cristianismo será acorralado y perseguido como una enseñanza que promueve el odio, al ir en contra de toda la corriente de este mundo, pues seguramente se nos considerará terroristas. Y por supuesto, todas las cuentas, ya sea facebook, instagram, twiter, y otras, serán canceladas unilateralmente, por esparcir un mensaje fundamentalista. Las libertades individuales están en serio riesgo, y es preciso darse cuenta hacia donde vamos.
Lo que estoy describiendo es el GLOBALISMO, que no tiene nada que ver con la globalización y que se mueve en una agenda que aboga, entre otros temas, por todo lo que he descrito escuetamente, y que estamos viendo frente a nuestros ojos. El objetivo final, es implantar un sólo gobierno mundial, que dicte las grandes políticas globales en lo económico, en la salud, la educación, y lo espiritual. Esta idea no es nueva, ya la han mencionado entre muchos; John Rockefeller, Stephen Hawking, George Soros, e incluso el Vaticano promueve esta autoridad política mundial y un banco central.
Sin ir más lejos, este gobierno mundial comienza a dejarse ver, a través de las cortes internacionales de justicia, que por medio de los tratados internacionales firmados, tienen la autoridad para revocar dictámenes de los jueces locales, algo que ya lo estamos viendo en Chile. De la misma manera, la Organización Mundial para la Salud, puede dictar las directrices a todos los países, pasando por alto los criterios nacionales. También ya se pueden ver las bases de una iglesia mundial ecuménica, que comulga absolutamente con la agenda globalista, cuando vemos las nuevas Biblias que buscando "integrar a todos los grupos de la sociedad", acomodan su interpretación, torciendo totalmente la Escritura.
Para el logro de un gobierno mundial, los países como los conocemos hoy, no podrán existir con su historia, sus héroes y sus símbolos patrios, pues sólo serán meros protectorados. Por tanto, no es casualidad que las clases de historia se supriman, o que se erosionen paulatinamente los símbolos patrios, o se adoctrine a los niños desde pequeños en todas las ideologías que están apareciendo y donde el patriotismo no podrá estar, pues se espera ciudadanos sin identidad nacional y fáciles de manipular. Tampoco es de sorprender, que los organismos internacionales, sigan promoviendo grandes migraciones, pues el objetivo es claro, borrar las identidades de los países. Sin duda los efectos económicos del coronavirus en los países más golpeados, obligará "por motivos humanitarios", a los países que han resistido mejor, a recibir masas de inmigrantes. Sólo para tener una idea, según un informe del Banco de España, la proyección del número de migrantes en el ámbito mundial, pasaría de 190 millones en el 2010, a 334 millones para el año 2050.
¿ULTIMOS TIEMPOS?
El apóstol Juan, dice: "Hijitos, es la última hora, y así como oísteis que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por eso sabemos que es la última hora"(1 Juan 2:18). Juan habla de "un anticristo" y por esos, muchos lo buscan, tratando de identificar a algún personaje político. Pero también Juan habla de "muchos anticristos". La posible confusión, queda aclarada en el verso 22, cuando dice: "¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo". Por lo tanto, más que esperar la aparición de "un anticristo", debemos comenzar a ver que hay "muchos anticristos", es decir, una sociedad cada vez más anticristiana que no le interesa la Biblia, y niegan al Padre, Hijo y Espíritu Santo y que perseguirá a los verdaderos cristianos, quizás no de la manera que nos imaginamos, sino de una manera nueva y por eso, debemos despertar.
Cuando se habla de los últimos tiempos, la mayoría del mundo evangélico evoca las apocalípticas enseñanza oídas tantas veces, entre las que destacan; la aparición del anticristo, la marca de la bestia o el 666, el chip que será implantado en la mano o en la cabeza, el rapto de la iglesia antes de la gran tribulación, donde millones desaparecerán de la tierra, provocando con ellos millares de accidentes aéreos, de tránsito, etc. Y como estas enseñanzas han sido popularizadas incluso por el cine, en la película "Dejados atrás" y en la saga de libros del mismo nombre, han dejado una huella grabada a fuego en el imaginario evangélico y por cierto, muchos esperan esos eventos de acuerdo a esa particular interpretación. No obstante, cabe destacar que todas esas enseñanzas vieron la luz recién en el año 1830 con el nombre de Premilenialismo Dispensacional, que dividió por vez primera, la venida de Cristo en dos etapas: un Rapto Secreto distinto a la Segunda Venida y donde además se incluyó la séptima semana de Daniel, al anticristo, la reconstrucción del templo en Jerusalén, etc. pues el Premilemialismo Dispensacional, es la única ponencia escatológica, que da gran importancia a la nación de Israel en el tiempo del fin. Esta nueva enseñanza, se popularizó después de la segunda guerra mundial, mediante la Biblia Scoffield, que tenía anotaciones, y comentarios enseñando esta ponencia. Además el Instituto Moody de Chicago, que abrazó esta postura, influenció un fuerte énfasis misionero en latinoamérica, por eso no es casualidad que la mayoría de las iglesias evangélicas crean esta postura teológica.
El corona virus ha cambiado nuestra manera de vivir, y es posible que sólo sea el comienzo. Por ello, debemos hacer caso a las palabras del apóstol Pablo: "Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Miren, pues, con diligencia como anden, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos" (Efesios 5:14-16)
Cristianos Anónimos - c.a.cristianos.anonimos@gmail.com
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