LAS PRUEBAS MUESTRAN NUESTRA MEJOR O PEOR VERSIÓN
Se dice que hay dos tipos de creyentes; los que son como los huevos y los que son como las papas (patatas). Cuando ambos son puestos en el agua hirviendo, el huevo se endurecerá, mientras que la papa de ablandará. De la misma forma, cuando dos creyentes enfrentan la misma circunstancia dolorosa, uno se fortalecerá y el otro se debilitará al punto de sucumbir. Una misma adversidad dejará en evidencia la “estructura interna” del creyente, uno fortalecerá su fe y relación con Dios, mientras que el otro de desplomará victimizándose.
La prueba, lo que hace es demostrar cuan fuerte o débil es
nuestra relación con Dios, y si realmente estamos siendo transformados por Él.
La prueba deja en evidencia lo poco que pesan nuestras buenas intenciones, o lo
inútiles que son los años o cargos que se ostenten en la iglesia o todo el
conocimiento teológico que se tenga.
En la Biblia, hay un interesante y poco entendido pasaje,
que se halla en la carta escrita por Santiago, quien se cree era hermano del
Señor Jesús, donde nos invita a mirar las pruebas desde la perspectiva de Dios
y no la nuestra.
(Santiago 1:2-5): "Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se
hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia.
Mas tenga la paciencia su obra completa, para que sean perfectos y cabales, sin
que les falte cosa alguna. Y si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será
dada". (Santiago 1:2-5)
Santiago, escribió esta circular a las iglesias cristianas,
en el año 45 d.C. aproximadamente. Y uno de los propósitos de esta carta era
que los creyentes, que estaban bajo persecución no perdieran su fe, sino que al
contrario la ejercitaran deliberadamente en medio de las pruebas. Quiero
resaltar, que cuando Santiago escribe acerca de la fe, lo hace en griego donde
la palabra fe (pistis) es parte de un verbo, el cual siempre expresa acción. Desgraciadamente
cuando se tradujo esta palabra al español, se la relegó a un simple sustantivo;
fe, una palabra pasiva.
Teniendo en cuenta que la fe debe ponerse en acción,
observemos el texto que dice: “tengan por sumo gozo cuando se hallen en
diversas pruebas”, estas palabras de ninguna manera nos están sugiriendo
que debemos ser masoquistas y deleitarnos en el dolor de la prueba, sino que debemos
ver esa situación dolorosa, como una manera en que Dios busca perfeccionarnos.
Por lo tanto, en la aflicción, nuestra mirada debe estar en Dios, pero no para
pedirle que nos saque de la prueba, sino en oración preguntarle; "¿para
qué permites esta circunstancia en mi vida? ¿Qué buscas que yo aprenda?
Por eso dice a continuación “sabiendo que la prueba de su fe
produce paciencia”, enseñándonos que siempre debemos enfocarnos más
allá de la prueba y que probablemente tomará tiempo, por lo tanto la paciencia
será vital para entender que el propósito es nuestra dependencia de Dios y
madurez cristiana o como dice Santiago “para que sean perfectos y cabales, sin que
les falte cosa alguna”.
Ejemplifiquemos esta enseñanza: Cuando un automóvil va a salir al mercado, se busca que salga la mejor versión de él, por esa razón se le pone a prueba. Se lo lleva a un circuito especialmente acondicionado para ser testeado, donde “sufrirá” un sin número de “dolores” (será chocado, se le dejará caer para probar su amortiguación, lo llevarán a las peores condiciones climáticas, etc.) pues se busca identificar sus fallas y arreglarlas.
Es decir, todas esas pruebas a las que es sometido el automóvil,
debieran tenerlo con “sumo gozo”, pues cada prueba lo acerca al propósito que
tuvo creador cuando lo diseñó. La idea es que ese carro, salga al mercado “perfecto”
y como “más que un vencedor”.
De la misma manera, nosotros debemos aprender a ver los tiempos
dolorosos desde la óptica de Dios, de aquel que no sólo nos creó, sino que nos
ama, y por ello, a través de las pruebas, está sacando nuestra mejor versión.
CUESTIÓN DE ENFOQUE
¿Por qué un creyente se desploma en la adversidad?
Básicamente porque enfoca en la “prueba o circunstancia dolorosa” sin ver más
allá, sin entender que es sólo un test, pues Dios busca perfeccionarlo, mediante
la activación de la fe, que es un fruto espiritual que se nutre del amor de
Dios. (Gal.5:6)
¿Qué pasa si el creyente falla en la prueba? En realidad, es
una bendición, pues se le está mostrando que su relación con Dios es muy débil,
que no le conoce realmente y que darse cuenta de eso, es un punto de partida,
para buscar la real intimidad con Dios, abandonando la religiosidad.
Darse cuenta que se ha fallado en la prueba, es aprender, al
igual que Job - quien creía que conocía a Dios - que en realidad sólo lo conocía “de oídas, pero que después de la
prueba, sus ojos lo veían”.
Por lo tanto, en medio de la prueba, levante su vista, mire a lo alto, y deje de victimizarse, culpar a otros o justificarse. Frente a la prueba es cuando nuestra actitud de fe, mostrará si seremos, un cristiano "huevo" o "papa".
Resumen de charla en Cristianos Anónimos: c.a.cristianos.anonimos@gmail.com
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