EL POTENTE MENSAJE DE LA CRUZ Y LA TUMBA VACÍA



Hace más de dos mil años atrás, ocurrió un evento que transformó la historia de la humanidad; la muerte y resurrección de Jesucristo. Todos los años, en todas partes del mundo, se recuerdan los hechos históricos que rodearon  su crucifixión; se citan los evangelios,  se muestran películas y en internet se pueden encontrar sermones por doquier. Pero, creo que al enfocar tanto en la historicidad del suceso, estamos perdiendo el significado profundo del mensaje de la cruz, y que en los tiempos que vivimos, es vital recuperar y vivir.



La cruz y la tumba vacía, cambiaron la manera en que Dios, de allí en adelante, se relacionaría con el ser humano, por eso se habla de una realidad a.C y otra d.C. Pero, ¿lo hemos entendido en profundidad, o sólo nos hemos quedado en ritos vacíos y buenas intenciones?

DISCÍPULOS MUY PARECIDOS A NOSOTROS

Tal como relatan los evangelios, el Señor Jesús, murió crucificado y al tercer día resucitó, tal como se lo había dicho muchas veces a sus discípulos. Podríamos, entonces, pensar que ellos estaban afuera del sepulcro aquella gloriosa madrugada de domingo, expectantes y emocionados, esperando ver aparecer a su maestro, pero no había nadie, pues ninguno le creyó. 

Es cierto que esa mañana, unas mujeres llegaron muy temprano al sepulcro (Lucas 24), pero no porque esperaban presenciar la gloriosa resurrección del Señor, sino porque iban a ungir su cadáver, según la usanza fúnebre, pues no sabían que eso lo había hecho José de Arimatea y Nicodemo, (Juan 19: 38-42) el viernes por la tarde cuando lo sepultaron. Por lo tanto, quedaron asombradas al ver que la gran piedra que sellaba la tumba, estaba removida, pero no estaba el cuerpo del Señor. Aun no salían de su asombro y consternación, cuando un ángel les pregunta: “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Recuerden cómo les habló cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y volviendo del sepulcro, refirieron todas estas cosas a los once, y a todos los demás”. (Lucas 24:5-10)

De más está decir, que cuando ellas le comunicaron a los apóstoles la maravillosa noticia que el Señor había resucitado, ellos consideraron que sus palabras eran una locura y en una primera instancia, no les creyeron. (Lucas 24:11)

LA CRUZ ENSANGRENTADA Y LA TUMBA VACÍA

El apóstol Pablo fue tajante cuando dijo que sin la resurrección de Jesús, no hay cristianismo (1 Cor.15:14), pero esto no es lo único que lo hace tan distinto a otras religiones. El cristianismo es totalmente diferente de cualquier otro credo, porque la figura de Jesús se desmarca de toda comparación con cualquier líder o fundador de alguna religión, pues habló cosas – parafraseando a C.S.Lewis - que sólo estarían en boca “de un loco o de Dios mismo”. Por ejemplo, dijo que moriría crucificado y que al tercer día resucitaría, y lo cumplió. También dijo que “Él era igual a Dios” (Juan 14:9), siendo ésta una de las razones principales por la que los judíos buscaron matarle. Además, estando en la cruz, con su último aliento de vida, dijo algo que lo cambió todo, pero por alguna razón nos hemos quedado sólo con el recuerdo histórico y no con el significado profundo de sus palabras. Observemos lo que dice la Biblia: 
«Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu». (Juan 19:30)

CONSUMADO ES

 “Consumado es», es la expresión griega “Tetelestai”, que en la antigüedad se usaba para cuando una deuda quedaba pagada o cuando un esclavo completaba una tarea encomendada por su amo. También se utilizaba en el templo, cuando se presentaba un cordero de un año de edad para  ser sacrificado, y el sumo sacerdote lo inspeccionaba para ver si era perfecto, sin mancha y cuando lo comprobaba, decía: telestai.


Por tanto, cuando  el Señor dice estas últimas palabras, él es “el cordero perfecto que quita el pecado del mundo”, que está “pagando la deuda por nuestro pecado” y además expresa que la obra de rescate que vino a hacer por la humanidad, “está total y satisfactoriamente terminada”.

¿QUÉ IMPLICANCIA PRÁCTICA TENDRÍA ESTO EN LA VIDA DE LAS PERSONAS DE ALLÍ EN ADELANTE ? 
Veamos dos de ellas.

1)     EL ACCESO A DIOS AHORA ESTÁ ABIERTO.
El evangelio de Mateo dice así:  «Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron» (Mateo 27:50,51)

Una vez que Jesús termina la obra aquí en la tierra, el universo se conmovió, la tierra tembló y el velo del templo “se rasgó de arriba abajo”. Este velo separaba el Lugar Santo, lugar al que accedían diariamente los sacerdotes, del Lugar Santísimo, al que sólo podía acceder el Sumo Sacerdote una vez al año, en el día de la Expiación, y  tenía 20 metros de altura por diez centímetros de espesor. ¿Qué significado tenía el hecho del velo rasgado?
Que ahora, el acceso a Dios estaba abierto. Jesús, como sumo sacerdote, entraba al lugar Santísimo, llevando no la sangre de un animal, sino, su propia sangre. Por eso la Biblia dice: «Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo.» (Efesios 2:13)

«porque por medio de Él los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu.» (Efesios 2:18)

Antes del sacrificio de Cristo, el acceso estaba limitado por rituales y sacrificios, pero ahora por este único y final sacrificio, el ser humano, a través de Jesús, podía acceder al trono de gracia.(Heb.4:16)  Podía acceder por fe, al edén perdido. ¡Gloria a Dios!

2)     DIOS NO MORARÍA EN TEMPLOS O EDIFICIOS.
Pero, además otro gran cambio tendría lugar. Dios ya no moraría en templos como hasta ese momento, sino que ahora, moraría en las personas que habiendo nacido de nuevo, por la fe en Cristo, tomaran el camino estrecho para volver al Padre. Observe lo que dice la Biblia:
»El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres,  ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas.» (Hechos 17:24,25

“¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes no son dueños de sí mismos? Porque ustedes han sido comprados; el precio de ustedes ya ha sido pagado”. (1 Cor.6:19,20).  

CONCLUSIÓN: Esta Semana Santa, con templos o edificios vacíos y con una cuarentena que obliga a las personas a experimentar la soledad, Dios nos está llamando a entender que no hay que ir a lugares o edificios para experimentar Su presencia, sino que hay que buscarlo en nuestro interior, pues allí mora Él. Nos invita a la oración contemplativa, no sólo en lo privado de nuestro aposento, sino en lo “secreto”, pues allí mora el Padre. (Mt.6:6).

Este es un día para caer de rodillas y dar gracias a nuestro Señor Jesús, por su sacrificio en la cruz del Calvario. Es un día, para caer a sus pies, buscando sólo escuchar Su voz. Es un día para tomar nuestra cruz y morir a nuestro ego religioso y por la fe, conectarnos a a Vid Verdadera, dejando que el fruto de su amor incondicional nos transforme, en los discípulos que no buscan lo suyo, sino lo de Él.

"El mensaje de la cruz es una locura a los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios" (1 Cor.1:18)

Resumen de charla dada en Cristianos Anónimos.



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