“Y POR HABERSE MULTIPLICADO LA MALDAD, EL AMOR DE MUCHOS SE ENFRIARA” (Mt.24:12)
El capítulo 24 de Mateo, se conoce como un texto escatológico
o de los últimos tiempos, pues describe cómo será esa época y que, para muchos,
ya estamos viviendo. En este breve escrito, sólo quiero centrarme en el verso
12, que dice: “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. La
interpretación de este texto parece bastante obvia, basta con observar la
sociedad en la que estamos viviendo, para ver cómo la maldad, que no parece
tener freno, va en aumento, mientras el amor se va enfriando y casi
desapareciendo.
ANOMIA
Pero, ¿ese verso traduce realmente el texto griego? En realidad no totalmente, y eso ha llevado a
que la interpretación de este texto, sea muy superficial. La palabra que se
traduce al español como “maldad”, es el vocablo griego “anomía”
(ἀνομία), que literalmente significa: “no ley” y no maldad. Anomía,
también puede traducirse como: “violación, infracción de la Ley o Torah”.
Es decir, el contexto bíblico nos dice que cuando la Ley de Dios es rechazada o
hay ausencia de ella, la resultante es que “el amor de muchos se enfría” y
comenzamos a ver el desenfreno que hoy vemos.
Por otro lado, cuando el texto dice que el “amor
se enfriará”, en el griego, la palabra “amor” es “ágape”
que es el amor incondicional o amor de Dios que se enseña en 1 Corintios 13 y que
nada tiene que ver con los amores humanos como el “eros” o amor de pareja,
“philia” o amor de familia, o “storgé” o el amor que se siente por un amigo o
una mascota, donde todos esos amores son más bien condicionales y perecibles.
Es entonces obvio que esta sociedad, que no se somete a la
Ley de Dios, ni pretende hacerlo, invoque toda clase de derechos, como por
ejemplo el aborto libre, o mejor dicho la muerte de un inocente, para darnos
cuenta que el amor de Dios (ágape) brilla por su ausencia, pero
no así el amor humano al ego o egoísmo.
ANOMIAN
Así como “anomia” puede traducirse como “ausencia
o violación de la ley de Dios”, los que la practican, serían todas esas
personas que no conocen a Dios y que en griego son representados por la palabra
“anomían”,
no obstante, ese término lo encontramos
en la parte final del siguiente texto:
“No todo el que me
dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos. Por lo cual muchos me dirán en
aquel Día: -¡Señor, Señor! ¿Acaso no profetizamos en tu Nombre, y en tu Nombre
echamos fuera demonios, y en tu Nombre hicimos muchos milagros?- Entonces Yo
les declararé: -¡Nunca los conocí; apártense de mí, (anomían) violadores de la Ley!-” (Mateo 7:21-23).
Lo sorprendente de este texto, es que Jesús está hablando a
personas que supuestamente le conocen, que lo llaman Señor y aparentemente muy
espirituales, pues hacen muchas cosas en su nombre, incluso profetizar,
expulsar demonios o hacer milagros. En cualquier iglesia, este tipo de personas
serían muy apetecidas y respetadas hoy en día, sin embargo el Señor les dice
que “nunca los conoció” y luego “los aparta de él, llamándolos “anomían o personas
sin Ley o que la violan”. ¡Esas son palabras muy fuertes!
LA LEY DE DIOS
¿Cómo es posible, que una persona que hace tantas cosas
espirituales, pueda ser rechazada por el Señor Jesús, porque quebranta la Ley
de Dios? Es del todo posible, pues la religión se conforma con hacer ritos y
cosas piadosas, sin realmente vivir lo que Dios pide. Piense en los fariseos
del tiempo del Señor, quienes enseñaban acerca de la Ley, podían recitarla y
disertar acerca de ella, pero no la vivían. Cuando se le preguntó al Señor,
como podría resumirse la Ley de Dios, él dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y
grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley” (Mateo 22:37-40)
La ley de Dios, se resume en una sola palabra: amor. Pero no
el amor humano, sino el amor de Dios (ágape), que es un fruto del Espíritu.
Obviamente, en nuestra sociedad no vamos a hallar este tipo de amor, pero
parece ser que tampoco en la iglesia lo vamos a encontrar.
UN LLAMADO DE ATENCIÓN
Las palabras de nuestro Señor, debieran ser un fuerte
llamado de atención a la iglesia, a despertar
darse cuenta que el énfasis, no está en el “crecer”, “organizar”, y
“hacer” muchas cosas supuestamente espirituales, sino en “ser” esos hijos que viven el amor,
amando a Dios, a uno mismo y al prójimo. En una iglesia que vive realmente en
el amor de Dios, no debiera existir la murmuración, el juicio, la denostación,
el poner “sobrenombres”, la burla, la envidia, el desprecio, la falta de
perdón, resentimiento. En una iglesia que vive en el ágape, no existirían los
grupos o familias que la gobiernan, ni se buscarían los puestos de liderazgos
para destacar o usar el ministerio para inflar el ego o enriquecerse
manipulando la Biblia. Una iglesia que vive el amor, debiera estar preparada
para amar a las minorías sexuales y a los que no encajan en el sistema y además
reflexionaría respecto de la gran cantidad de personas que están abandonando la
iglesia institucional, para encontrar el amor de Dios en la pequeña iglesia
relacional.
Dios nos está hablando como sociedad global, el corona virus
no es un accidente, Dios lo está usando para que dejemos la droga de la
religión y conozcamos Su amor (ágape) ya
no de oídas ni en teoría, sino por experiencia.
Contacto: c.a.cristianos.anonimos@gmail.com
Nuestro DIOS, Kirios es Soberano . Gracias Alejandro por lo que nos has compartido hoy . Bendiciøn
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