DIOS NO QUIERE TU RELIGIOSIDAD, QUIERE TU CORAZÓN
“Dios no quiere tu religiosidad, quiere tu corazón”. Esta frase que es tan sencilla de leer, resulta profundamente difícil de entender, pues hoy no tenemos tiempo para Dios. Tenemos tiempo para todo; trabajar, estudiar, estar conectado a las redes sociales, ir al mall, ver la teleserie favorita, el partido de futbol o el reality de moda, pero no tenemos tiempo para la reflexión, la introspección. Entonces, acallamos nuestra conciencia haciendo cosas para el Señor, dedicando tiempo para asistir o participar en actividades espirituales domingo a domingo o semanales. De esta manera pensamos que estamos cumpliendo con Dios, sin darnos cuenta, que estamos dejando de lado lo más importante que es estar íntimamente con Él. ¿Invitación o mandato? El problema es que hemos aguado el evangelio, sin darnos cuenta, lo hemos acomodado a nuestra medida, partiendo por el hecho que en nuestro medio cristiano a nadie le llama la atención que se “invite a las personas a aceptar a Jesús”, es