NO VEMOS LA REALIDAD COMO ES, SINO COMO SOMOS NOSOTROS

Hay un experimento clásico que nos muestra la importancia y la fuerza que tienen las creencias en nuestra vida y revela también, que realmente no estamos conscientes de la fuerza de ellas. Por ejemplo: si ponemos un vaso de agua hasta la mitad y preguntamos a personas que nos digan lo que ven, muchas dirán que ven un vaso medio lleno y otras lo verán medio vacío. ¿Qué hace que unas lo vean medio lleno y otras medio vacío? Sus creencias más profundas, aquellas de las que no son conscientes, pero que van dirigiendo la vida, creencias que se han forjado en la niñez y por las circunstancias de la vida, han dejado profundas huellas en la persona, como los anillos en un árbol.

Vivimos en las creencias, son ellas las carreteras inconscientes por las que nos desplazamos, por eso es que hay personas que frente a un mismo problema, se hunden, pues lo ven como un obstáculo insalvable y otros lo ven como un reto a vencer. Esto nos demuestra que no vemos la realidad como es, sino como nosotros somos.


El problema se torna grave cuando las personas no sólo no están conscientes de sus creencias, sino que incorporan el elemento espiritual llegando a señalar que es Dios quien les guía a ver el vaso medio vacío o mirar los problemas como obras de Satanás y no como instrumentos para ejercitar la fe y la dependencia de Dios, de hecho, esto último es lo que vemos en la Biblia, y es la manera que Dios entrenó a los grandes personajes bíblicos.


El propósito era que ellos aprendieran a usar la fe viendo más allá de las realidades y así cambiar sus creencias. Veamos algunos ejemplos:

  • Dios llamó a Abraham, un hombre viejo y con una esposa estéril, y mediante la fe le enseñó a ver una nación como su descendencia.
  • Llamó a Moisés, un hombre que había perdido la confianza en sí mismo y además tartamudo, para verse como un libertador y legislador de la nación de la cual descendería el Mesías.
  • Llamó a Josué, un hombre inseguro de sus capacidades, lo llamó a es esforzarse y ser valiente para tomar la tierra prometida que estaba llena de obstáculos.
  • Llamó a David, un insignificante pastor de ovejas que ni su familia consideraba importante, y lo condujo por un camino duro para que aprendiera a vivir por la fe y llegara ser el gran rey de Israel.
  • Llamó a Pedro, un tosco pescador de Galilea y además muy voluble, para que por la fe fuera una columna pétrea de la iglesia del Señor.
  • Llamó a Pablo, un religioso, perseguidor y asesino de inocentes, a transitar un duro camino de fe para transformarse en el gran apóstol que llevó el evangelio a todo el mundo conocido.

A todos ellos les cambió la manera de ver la realidad, transformando sus creencias.

Como Dios no cambia, eso mismo hace hoy con nosotros, nos llama a vencer los obstáculos, y así glorificarlo, por eso es importante indagar en nuestras creencias, aquellas que han sido moldeadas en nuestra vida, principalmente en nuestra niñez, y preguntarnos: ¿Esas creencias me hacen vivir en temor, inseguridad, y en sentimientos de poca valía que hacen que constantemente vea el vaso medio vacío?

Es imperioso entender, que Dios puede estar permitiéndo situaciones en su vida con el propósito de transformar sus creencias más profundas de temor, inseguridad y del "no puedo", y enseñándole por medio de las mismas circunstancias a ver el vaso medio lleno y a asirse de la poderosa fe y comenzar a "llamar a las cosas que no son como si fuesen" (Rom.4:17), a entender que por medio de ella puede transformar sus creencias inmobilizantes y comenzar a entender que la fe en Dios "es la victoria que vence al mundo"(1 Juan 5:4), pues así comenzará a ver las cosas como son realmente y a Dios en toda su plenitud.

Le animo a leer el capítulo 11 de la carta a los hebreos donde aparece la galería de personajes de la fe, y todos los obstáculos que debieron vencer. La parte final de ese capítulo señala: "32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros...36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38 de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. 39 Y todos ...alcanzaron buen testimonio mediante la fe..." (Hebreos 11:32-38)

Parafraseando a Ortega y Gasset, podríamos decir que así como "las ideas se tienen, pero en las creencias se está", si permitimos que Dios cambie por la fe estas últimas, podremos decir que "las creencias que Dios forja en nosotros nos hacen vivir de triunfo en triunfo" (2 Cor 2:14).

Para más información, escríbanos a: c.a.cristianosanonimos@gmail.com

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