LA IMPORTANCIA DE LAS CREENCIAS

Seguramente ha leído más de una vez aquella formidable arenga que Dios le repitió a Josué previo a tomar la tierra prometida: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo donde quiera que vayas" (Josué 1:9) ¿Ha pensado por qué el Señor tuvo que repetírsela tres veces? o cuando el Señor llamó a Gedeón, un tipo cobarde y apocado,  para ser un juez libertador de Israel y que en un principio no creyó lo que se le decía. La Biblia lo señala así: "...el Señor está contigo, varón esforzado y valiente" (Jueces 6:12), enseguida, ante las respuestas vacilantes de Gedeón, le reitera: "Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? Entonces le respondió: Ah Señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor de la casa de mi padre" (Jueces 6:14,15).

Lo que estamos viendo en estas dos escenas es el poder de las creencias que las personas elaboran. Al parecer Josué, como subalterno de Moisés, no se sentía capacitado para la enorme tarea de conquistar Canaán, había servido tanto tiempo a la sombra del gran Moisés que cuando éste muere, Josué percibe que no es capaz, por ello el Señor debió fortalecerlo tres veces para cumplir su nueva misión, cambiando así su creencia. Lo mismo pasó con Gedeón, quien, viviendo bajo el constante temor de los Madianitas, desarrolló la creencia de no saber luchar contra los problemas y ser "poca cosa", y nuevamente el Señor le habla, en varias ocasiones, palabras que transformarían su equivocada creencia.

LA IMPORTANCIA DE EXAMINAR LAS CREENCIAS.

En su libro "Ideas y Creencias", José Ortega y Gasset, filósofo y ensayista español, expuso: "las ideas se tienen, en las creencias se está". Es decir, una cosa son las ideas de diversos tipos que asoman a la mente y que cada persona tiene, desde las simples ocurrencias a las más elaboradas, pero las creencias no se nos ocurren, sino que son certezas que se viven a nivel inconsciente y que no se cuestionan, afectando por completo la forma en que se ven las cosas y tienen la capacidad de modificar totalmente la percepción de la realidad porque alteran profundamente las emociones. Por lo tanto, será vital tener creencias correctas, pues de no ser así, los resultados pueden ser devastadores.

¿Cómo se forman las creencias? En palabras simples, se forman desde el exterior y son los mensajes que por años hemos oído, sobre todo en nuestra niñez, y que, a base de aceptarlas, creerlas y repetírnoslas, cristalizan como verdades absolutas en nuestro interior, al punto que llegamos a no ser conscientes que vivimos en ellas. Por ejemplo: si de pequeños se nos dijo "no vales nada", "siempre serás un inútil", "eres feo, nadie te querrá", "no te queríamos, naciste por accidente", etc, inconscientemente llegamos a creer todo aquello por el poder que le dimos, no a las personas que nos lo dijeron, sino al aceptarlas y repetirlas constantemente frente a las circunstancias que nos tocaba vivir. Es decir, cuando asomaba un problema o dificultad, lejos de buscar la manera de hacerle frente, la creencia inconsciente de no valer nada, o de ser un inútil, muy feo o indignos de amor, anulaba toda reacción y la persona en vez de buscar una solución, llegaba a autoconvencerse que esa realidad no se podía cambiar, asumiéndola y potenciando así, esa creencia errónea.

Lo que esa persona no entiende es que no está viendo la realidad, sino una deformación de ella debido a su creencia, no se da cuenta que por años ha potenciado una manera de pensar errónea al aceptar como real lo que otros han dicho, construyendo una creencia que no es la verdad, sino una interpretación de ella. Por ello, nunca se debe tomar como verdad lo que las personas dicen, pues nadie tiene acceso a ella completamente, excepto Dios. Es por eso que tenemos que aprender a formular nuestras creencias de acuerdo a Su patrón.

Este mismo fenómeno de las creencias erróneas se repite en personas que han crecido en un ambiente religioso legalista, donde todo lo que no está relacionado con la iglesia es pecado, y se le ha repetido hasta el cansancio que Dios le va a castigar si no se viste, habla y comporta de cierta manera, y establece inconscientemente la creencia que a Dios hay que servirlo no por amor, sino por temor al castigo, esto es muy triste y contrario a las Escrituras.

Las creencias son tan poderosas y engañosas que, si una persona está entrenada en el temor, no sólo verá la realidad por ese prisma, y no sabrá enfrentar crisis o problemas, sino que buscará evidencias que justifiquen su actuar y las hallará, pues al no ver la realidad completa, sólo verá aquello que ha sido entrenado. Por ejemplo, si aparecen problemas, la persona pensará que Dios la está castigando y no hará nada para solucionarlo, es más, puede incluso experimentar molestias físicas y hasta enfermedades reales que usará como argumentos para fortalecer su errónea creencia. Una verdadera vida de esclavitud al temor y no al amor de Dios.

La persona que ha sido entrenada en la formación de creencias erróneas, es muy difícil que cambie, pues incluso puede participar en la iglesia, orar, llorar, cantar, es decir "vivirá el momento", pero luego seguirá viviendo de acuerdo a sus creencias. El reto entonces es cuestionarse, despertar y permitir que las palabras de Dios comiencen a derribar las viejas fortalezas construidas erróneamente por tantos años. En este sentido, no bastará el tomar la decisión de cambio, sino que será importante una resolución duradera y sin marcha atrás.

Josué y Caleb tomaron la resolución de cambio, fueron derribando erróneas creencias y lograron edificar las nuevas, que los condujeron finalmente a cumplir realmente la voluntad de Dios, venciendo todos los obstáculos que se les presentaron. Pablo expresa bien este proceso de cambio de mentalidad en 2 Cor.10:3-5 "Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo". En otras palabras, aunque vivimos en un mundo caído, lleno de problemas y dificultades, debemos aprender a hacerles frentes y no por ello,vivir en temor o sintiéndonos poca cosa o sirviendo a Dios por miedo al castigo, sino que debemos usar las armas poderosas dadas por Dios para derribarlas, fijándonos principalmente en la clase de pensamientos que estamos habituados a tener y entender que son enemigos y por tanto, hemos de tomarlos prisioneros y llevarlos cautivos a los pies de nuestro Señor. Ese proceso duro y que toma tiempo, es necesario si realmente queremos vivir una vida victoriosa en libertad y de servicio a Dios.

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