Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2024

¿QUIERES SEGUIRME?

Imagen
  Varias personas me dijeron que la frase que publiqué: "Si no estás preparado para morir por él, entonces saca la palabra Jesús de tu vocabulario" era demasiado radical, y que podría ofender a los creyentes. Por qué ofendería a un creyente, si fue el mismo Señor Jesús quien dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame" (Luc.9:23). Negarse a sí mismo y tomar la cruz, significaba en aquellos días la muerte. ¡Había que estar preparado para morir! Jesús nunca dijo: "Síganme y cumplirá sus sueños", "Síganme y serán millonarios y nunca se enfermarán" como se predica en tantos lugares hoy. Los primeros cristianos sabían muy bien que seguir al Señor implicaba estar preparados para morir crucificados, despedazados por animales salvajes en el circo romano, o servir como teas ardiente para los banquetes del Emperador. El problema que tenemos hoy, es que NO vivimos el cristianismo bíblico. La institución r

MADUREZ ESPIRITUAL

Imagen
 Las consecuencias del pecado de Adán y Eva, dejaron varias huellas en nosotros. Sin duda la principal fue la desobediencia. Decimos que amamos a Dios, pero no tenemos ningún problema en desobedecerlo; Dios dice que no nos afanemos, lo hacemos. Que perdonemos, no lo hacemos, etc. Otra huella importante, es el culpar a otros de nuestros errores, victimizarnos y no aceptar nuestra responsabilidad. En el libro de Génesis leemos que cuando Dios increpó a Adán por haber desobedecido y comido el fruto prohibido, lejos de aceptar su responsabilidad, él culpó a Eva: " La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí" (Gen.3:12) . No sólo apuntó a su compañera como responsable, sino a Dios mismo por habérsela dado. Y cuando el Señor le pregunta a Eva, ella respondió lo mismo, añadiendo esta vez la victimización: "La serpiente me engañó, y comí" (Gen.3:13). Si nos damos cuenta, ninguno de ellos aceptó su responsabilidad, culparon al otro y se victimizaron. Lo q

PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA

Imagen
Generalmente cuando estamos viviendo tiempos complejos, le pedimos a Dios que nos de paz. Y aunque esa plegaria parece muy espiritual, en realidad muestra nuestra ignorancia bíblica. El Señor Jesús dijo claramente a sus discípulos y por extensión a nosotros: " La paz les dejo; la paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni tengan miedo" (Juan 14;27). Esto significa que ya tenemos Su paz...si es que realmente la hemos recibido. Al pedir a Dios que nos de paz, estamos mostrando nuestra incredulidad, pues no hemos creído a su palabra. Cuando le creemos, entendemos que Su paz ya está a nuestra disposición, y por tanto comenzamos a hacerla experiencia por medio de la fe. Es por eso que el cristiano, "puede tener paz en medio de la tormenta", pues no dependemos de que las circunstancias sean buena, sino de Dios.   

NO MERECES ENFERMARTE POR DENTRO

Imagen
  Cuando estamos enfermos, vamos al médico para sanar y seguramente nos ordenará tomar un medicamento que no será agradable, no obstante lo haremos porque nos dará salud.  De la misma manera, cuando no perdonamos, nos enfermamos espiritualmente, pues la amargura y el rencor nos contaminan por dentro. Por eso, Jesús el Médico de médicos, nos manda perdonar, lo cual no es agradable, sin embargo cuando lo hacemos, sanamos nuestro interior. El perdón es sanidad. No perdonar, es tan mortal como tomar veneno todos los días, esperando que quien causó el daño se muera. El Señor nos dice: "Y cuando estés orando, perdona si tienes algo contra alguno para que también tu Padre que está en los cielos perdone tus pecados. Por que si tú no perdonas, tampoco tu Padre que está en los cielos perdonará tus pecados (Marcos 11:25,26).

EL PODER SANADOR DEL PERDÓN

Imagen
  Muy a menudo las personas creen que NO PERDONAR es una manera de castigar a la persona que causó el daño. Creen que PERDONAR equivale a "no hacer justicia y dejar el daño en la impunidad" . Y por eso se resisten a perdonar. Alguien que piensa de esa manera, no sólo se erige como un juez, sino que no ha entendido que el perdón libera al que perdona, cortando el lazo que lo mantenía atado y dejando al agresor en las manos de Dios, quien es el Juez Justo que emitirá la sentencia a Su tiempo.  No perdonar, es tan necio como tomar veneno cada día, esperando que la otra persona se muera. El que va muriendo lentamente de amargura es aquel que no perdona.  Si le cuesta perdonar, y usted se considera un creyente, recuerde la oración que el Señor Jesús nos dejó como ejemplo. En el Padre Nuestro decimos: "Y perdona nuestros pecados, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE PECAN CONTRA NOSOTROS. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el po