INTIMIDAD CON DIOS


Se cuenta que cierta iglesia que estaba de aniversario, en un hermoso y pintoresco pueblo del sur, realizó un concurso de poesía bíblica y a los cinco participantes que se presentaron, se les hacía declamar el salmo 23.  


Llegó el día esperado y mientras la iglesia estaba repleta, los concursantes –elegantemente vestidos - iban subiendo uno a uno a la plataforma y con buena impostación de voz, recitaban con fuerza las estrofas, unos con más dramatismo que otros, declaraban este maravilloso salmo. A medida que iban terminando, la congregación aplaudía con alegría y algarabía a cada participante. 

Finalmente subió el último, un viejecito no muy bien vestido y que con voz trémula comenzó a decir: “El Señor es mi pastor; nada me falta. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa del Señor moraré por largos días”

Cuando terminó, comenzó a bajar lentamente de la plataforma, pero no hubo aplausos ni gritos de algarabía, toda la gente estaba en silencio, algunos incluso lloraban, otros se ponían de rodillas, era como si de pronto el cielo se hubiera abierto, inundando el ambiente. ¿Qué había pasado? Que los cuatro participantes, conocían muy bien el salmo 23 y conocían cada punto y coma, por tanto recitaban con perfección. Pero, el viejecito,  conocía al autor del Salmo 23 y eso se notó. 

INTIMIDAD

A medida que pasan las semanas, esta pandemia que estamos viviendo, va dejando en evidencia  el estado de nuestros fundamentos espirituales. Al estar impedidos de las rutinas normales, como congregarse cada domingo o participar varios días en la semana en las variadas actividades de la iglesia, lo primero que notamos es que tenemos mucho tiempo libre y no sabemos qué hacer con él.

Comenzamos a darnos cuenta que en realidad, pasamos más tiempo en la iglesia (edificio) que con Dios. Que hacemos muchas cosas, tenemos muchas actividades, conocemos muchos versos bíblicos, y tenemos mucho conocimiento bíblico, pero conocemos poco al autor del Libro que nos inspira.  

Por eso, este tiempo de pandemia y de cambios, es un tiempo especial que Dios nos concede para aprender del ejemplo de María, la hermana de Marta, que entendió que era más importante pasar tiempo a los pies del Señor, escuchando su voz, que desperdiciarlo en afanes y preocupaciones. Jesús le dijo a Marta, y tal vez nos dice a nosotros hoy; “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (Lucas 10:41,42)

Observemos este tiempo que estamos viviendo, sin temor y reflexionemos seriamente en las palabras de nuestro Señor Jesús, donde nos insta a tener tiempos de intimidad con el Padre, más que tiempos donde “cumplimos la cuota diaria, con las mismas peticiones y palabras de siempre”. Aprendamos lo que es la intimidad con Dios, que es más que hacer un devocional diario: “cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uses vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No se hagan, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tienen necesidad, antes que ustedes le pidan”. (Mat.6:5-8)

Resumen de charla, Cristianos Anónimos. 
c.a.cristianos.anonimos@gmail.com

Comentarios

  1. De verdad que es Bueno nuestro kirios ,que nos da este tiempo para que lo ocupemos en conocerlo a Él . GRACIAS Alejandro , Bendición !!!!

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